¡Juegos musicales para el verano!

¡El verano ya está aquí! Vacaciones, viajes… ¡Y mucho tiempo en familia! Un tiempo precioso para pasar juntos y disfrutar: hoy os queremos proponer algunos juegos musicales para el verano. Así podéis divertiros mientras afináis oído, mejoráis coordinación o aumentáis vuestra memoria musical, entre otras cosas.

Hacemos ritmos en el agua y percusión con cubos

A los peques les encanta jugar en el agua, ¡es súper divertido! Y podemos aprovecharlo para cantar ritmos y canciones que conocemos bien y sustituir las palmas en el aire por palmadas suaves contra el agua, con una, otra u ambas manos. Si el ritmo o melodía con la que queremos jugar es largo o lineal, podemos dramatizarlo con las manos moviéndose lentamente debajo del agua… Y cuando nos cansemos y nos vayamos a la toalla a secar, ¡qué mejor instrumento que nuestro propio cubo de arena! Le damos la vuelta y, con la palma de la mano, ¡continuamos con el concierto!

Cantamos y adivinamos canciones en el coche

Llevamos el coche lleno de maletas y cosas, no hay sitio para los instrumentos, pero eso no nos impide hacer mucha música. Podemos jugar en las horas de viaje a adivinar canciones de las que todos conozcamos: con los más pequeños, de hasta tres años, jugaremos tarareando la canción sin letra, mientras que con los mayores, de a partir de esa edad, podemos jugar interpretando solamente el ritmo de la canción con el cuerpo o con palmas, sin entonar su melodía, ¡haciendo más compleja su interpretación y la adivinanza!

Dibujamos figuras musicales en la arena

Tampoco podemos llevarnos de viaje todos nuestros cuadernos y pinturas, pero ¿quién los necesita teniendo el gran lienzo de una playa llena de arena? Podemos dibujar en ella las cinco líneas del pentagrama, su clave o incluso añadir notas adornadas con conchas si esque las tenemos también en la playa. Cuando la ola llegue hasta nuestro dibujo, habrá que cantarle al mar la melodía. ¿Vendrán a escucharnos las sirenas?

¡Feliz verano musical a todos!

Nuevos retos musicales

11403130_651535618324156_4802346532312017661_n

Ahora que estamos cerca del fin de curso, es un buen momento para echar la vista atrás y darnos cuenta de todo lo que han mejorado nuestros peques… Y nuestros ya no tan peques. Año tras año, las profes vemos todo lo que nuestros alumnos avanzan y para nosotras es un orgullo comprobar cómo la música forma parte de sus vidas, ayudándoles a crecer como personas. Poder  participar de ese aprendizaje a lo largo del tiempo, superando los baches y disfrutando de los buenos momentos, es nuestro mejor regalo.

Algunos de nuestros alumnos, que empezaron con nosotras a los dos o tres añitos, hoy tienen ya entre nueve y once años y han empezado a asumir nuevos retos como el paso de nivel del primer al segundo libro del repertorio Suzuki. Pero….¿qué es eso del paso de nivel? Os lo contamos:

En Japón, de donde es original este método pedagógico musical, cuando los alumnos dominan todo el repertorio del primer libro y su profesor considera que están preparados, realizan una grabación de dos piezas de examen que envían a un tribunal de profesores de su instrumento. Ese grupo de profesores, después de ver los vídeos, entrega al alumno una ficha con posibles aspectos a mejorar y otros que le han parecido positivos de su interpretación musical y le otorgan el diploma correspondiente al Nivel 1.

Nosotras hemos querido hacer algo parecido con nuestros alumnos de Flauta Suzuki de Madrid y al terminar el primer libro nos entregan una grabación de nuestras dos piezas de examen: Bourrée de Haendel y Moon over the Ruined Castle de R. Taki. Después de ver la grabación y aportar posibles correcciones para animarles a esforzarse y sacar lo mejor de ellos mismos en el vídeo final, les otorgamos el diploma de Nivel 1 de Flauta Suzuki.

Uno de nuestros alumnos ya lo tiene y otros tres están preparándose para sus grabaciones. ¡Qué ilusión! Les deseamos mucha suerte y esperamos que pronto puedan compartirlo con sus compañeros más benjamines y sigan mejorando cada día, como hasta ahora. ¡Estamos muy orgullosas de vosotros!

¡Jugando juntos aprendemos mejor!

El juego es la base del aprendizaje de cualquier niño. Como ya os hemos contado en otras ocasiones, es su forma de comunicarse y la mejor manera de interactuar con el mundo que le rodea. En nuestras clases de flauta travesera Suzuki, el juego está presente tanto en la clase individual como en la colectiva y es en esta última cuando comparten ese juego con los demás niños, aprendiendo unos de otros y ayudándose entre ellos trabajando en equipo.

Con cada juego que realizamos estamos potenciando una serie de habilidades en los niños como el desarrollo del oído, la psicomotricidad, la asimilación de estructuras musicales, la cooperación, la paciencia, la memoria, la escucha, la concentración y un largo etcétera. Para que veáis cómo lo hacemos os contamos dos juegos grupales que llevamos a cabo en nuestras clases y dos de las habilidades que especialmente fomentamos con ellos aunque no las únicas.

El chinito mandarín

Cuando los peques se saben la letra de esta canción de nuestro repertorio de flauta, hacemos un corro con un niño en el centro que tendrá los ojos tapados. Los que están fuera formando el círculo a su alrededor comienzan a cantar dados de las manos mientras se desplazan en una dirección. Cuando la canción termina, los niños se paran en la posición a la que hayan llegado y el que está en el centro tiene que adivinar qué compañero suyo está detrás reconociendo el sonido de su voz. Esto mismo lo podemos hacer tocando la canción con la flauta en vez de cantando.

Con este juego potenciamos:

  • Discriminación auditiva: El niño que está en el centro tiene que distinguir una voz concreta entre todas las que suenan.
  • Cooperación: Todos los niños que están en el corro tienen que cantar para que su compañero pueda identificar las voces.

El volumen de la radio

Elegimos una canción que pueda tocar el grupo. Uno de los niños será el encargado de subir y bajar el volumen de la radio indicándoselo a sus compañeros con el brazo. Los demás tienen que estar pendientes de ese cambio de volumen ya que cuando este está muy bajo la canción deja de escucharse. En ese momento todos tienen que continuar cantándola mentalmente para que cuando el volumen vuelva a subir puedan retomarla.

Con este juego aprendemos:

  • Desarrollo del pulso interno: Mientras no suena la música y cantan mentalmente, tienen que ser lo más precisos posible con la velocidad a la que piensan la melodía. Al igual que los músicos de una orquesta o de un grupo de cámara, deben de sincronizarse.
  • Concentración: No sólo se concentran pensando la melodía sino que además están pendientes del compañero que sube y baja el volumen.

El juego en grupo  no solo es divertido  sino que además es muy efectivo. Los niños quieren ser parte del conjunto  y jugar entre ellos. Al estar con otros compañeros están más dispuestos a repetir una actividad más veces con los beneficios que eso puede proporcionarnos. ¿Os venís a jugar con nosotras? 

 

 

 

 

La práctica musical en casa

16-10-2016-9-06-15

Todo aprendizaje musical, ya sea general o de un instrumento en concreto,  requiere práctica y entrenamiento constante, al igual que ocurre con muchas otras disciplinas artísticas y la mayoría de deportes, por ejemplo.

Cuanto más se experimenta la música en casa, incluyendo este hábito en la rutina del niño de forma regular, mejor aprenden en las clases o avanzan en la técnica del instrumento: este lenguaje comienza a ser importante en su vida y se convierte en algo más que compartir en el ámbito familiar.

En las clases de bebés la práctica de los juegos musicales en casa, el escuchar audiciones y cantar canciones en la rutina harán que se absorba mucho más todo lo que exponemos al niño (ya estemos cantando con propósitos musicales o usándolo para hacer más ameno el momento de la comida, de vestirse o de ir a dormir…). Además, en el aprendizaje de un instrumento, la práctica en casa es casi imprescindible para que el alumno avance, ya que tiene que asimilar la técnica del instrumento gradualmente, a través de los juegos, ejercicios y actividades.

Estas son algunas ideas importantes sobre nuestro enfoque de la práctica musical en familia, con niños en edades tempranas:

  • Es responsabilidad únicamente del adulto.

Por lo general, cuando un niño se inicia en las clases de música, empieza a cantar espontáneamente en su día a día o, si tiene su instrumento a mano, jugará un poco con él. Sin embargo, es el adulto el que debe proponer el hábito de la práctica regular y guiada por el consejo del profesor.

  • Debe ser regular y constante.

A poder ser, practicaremos todos o casi todos los días un poquito, e intentaremos hacerlo aproximadamente a la misma hora (por ejemplo, por la tarde después de la merienda). ¡Las rutinas son muy importantes en la vida de los niños y la música debe entrar también en ese esquema!

  • Actitud siempre positiva y de juego.

El adulto debe estar siempre atento al ánimo del niño, ya que, al igual que los mayores, ellos pueden tener un mejor o peor día… Asumirán con gusto la nueva rutina siempre que nos adaptemos a ellos y cuidando de que la estimulación sea siempre positiva (el simple hecho de estar practicando ya es algo que celebrar y realzaremos todo lo que el peque haga bien, aunque no sea nuevo).

  • Acertar en qué y cómo practicar.

En las clases de Suzuki es importante apuntar lo que el profesor nos ha dicho que se debe practicar y cómo hacerlo. Muchas veces un acercamiento distinto al adecuado o una meta demasiado difícil pueden desmotivar al pequeño.

  • Adecuarnos a su capacidad de concentración.

La práctica no debe suponer más de cinco o diez minutos cuando el niño es pequeño y va aumentando según su desarrollo y madurez. Ellos mismos lo van pidiendo y demostrando, así que no debemos tener miedo en los primeros años a limitarnos a cantar una canción o montar y desmontar el instrumento para ese ratito.

La práctica musical en casa es siempre un gran momento para compartir este aprendizaje tan bonito con los niños, acompañarles en todos sus pequeños logros y formar parte de su desarrollo. Aunque trabajemos en crear esa rutina, podemos reforzarlo constantemente: ¡a cantar en la ducha, en el coche o en el parque!

El cambio de rol de los «Padres Suzuki»

Hace unas semanas os hablábamos sobre el cambio de rol de nuestros alumnos Suzuki dentro del grupo a medida que avanzan en su aprendizaje instrumental. Como ya sabéis, en nuestras clases los padres estáis presentes y aprendéis el instrumento junto a ellos.  Según pasan los años, vuestro rol dentro de la clase y en la práctica en casa, también se va modificando.

A medida que se hacen mayores, su independencia aumenta y necesitan vuestro apoyo de manera diferente. Para que os hagáis una idea, os hablamos de tres roles que váis a desempeñar como «Padres Suzuki»

El PARTICIPADOR

Cuando un niño se inicia en su aprendizaje instrumental a una edad temprana (a partir de los 3 años), necesita que el adulto que lo acompaña a sus clases aprenda a tocar el instrumento junto a él. Los padres son el principal referente del pequeño en todo lo que aprende en su vida. Son el ejemplo que ellos quieren imitar y a todos les gusta pasar tiempo con ellos. Así, jugando juntos  conseguiremos que puedan desarrollar el amor por la música con los beneficios que va a aportarles a lo largo de su vida.

En clase explicamos cómo, por qué y para qué se hacemos las actividades. De esta manera el padre podrá ser luego el profesor en casa siguiendo las indicaciones de cada semana. Es un elemento fundamental en el aula, ya que su ayuda y colaboración es indispensable para poder progresar.

El apuntador

A medida que pasa el tiempo, el padre pasa a tener un papel más pasivo. Puede por supuesto seguir tocando el instrumento, aunque llega un punto en el que el niño avanza más rápido y en es entonces cuando algunos deciden continuar únicamente con la labor de apuntar el trabajo para casa y no tanto la de tocar. Sigue siendo una pieza clave, puesto que sigue recibiendo instrucciones del profesor y continua siendo el profesor-ayudante en casa.

El observador

Con los años, el padre va cediendo responsabilidades. Pasa a ser el encargado de animar a su hijo a tocar en casa. Aunque ya no esté guiando ese estudio, sigue formando parte de su vida musical. Al igual que ocurre en otros aspectos de la vida cotidiana, cada vez su intervención es menor. Pasa a ser la figura de apoyo que ayuda a superar los posibles baches a lo largo del camino y que disfruta viendo a su hijo avanzar.

No hay un tiempo marcado para ir cambiando de rol. Cada familia y cada niño son diferentes y tienen distintas necesidades a lo largo de su aprendizaje. Al igual que respetamos las distintas fases por las que va pasando el niño con respecto al instrumento, respetamos en qué medida  y de qué manera necesita a sus padres para ser progresivamente más independiente.

Muchos padres siguen aprendiendo con la flauta travesera y tocan con ellos en casa cuando  son más mayores. Son dos compañeros musicales y eso, ¡no nos puede llenar más de alegría!

 

¿Cuándo pasar a la siguiente pieza del repertorio?

image

El repertorio Suzuki está muy organizado: cada instrumento tiene su metodología adaptada, su formación específica para el profesorado y sus propios libros. En el caso de la flauta contamos con 12 volúmenes que recogen el aprendizaje del instrumento desde los primeros soplidos hasta el nivel profesional.

El volumen 1, con el que inician el aprendizaje nuestros alumnos, supone una evolución técnica y de madurez musical muy grande para ellos: consta de 17 piezas, siendo la primera la popular canción Mary tiene un corderín y la última la Bourré de Handel, por lo que comienzan aprendiendo canciones infantiles y lo terminan interpretando piezas complejas y de calidad musical.

Todos los niños Suzuki van aprendiendo las mismas piezas, lo que facilita que desde el primer día de clase puedan tocar en grupo, aprender del compañero e incluso compartirlo también con alumnos de otros instrumentos en conciertos, cursos y eventos especiales.

Cada pieza del repertorio Suzuki tiene varias etapas de aprendizaje:

Trabajo previo:

Antes de abordar el trabajo propio de una pieza, vamos practicando su «teaching point»: aquel aspecto musical que va a costar un poco más al niño por ser novedad o de mayor dificultad con respecto a lo anterior. Esto también va a suponer un avance técnico para el alumno, así como en el propio repertorio, ya que los libros Suzuki están pensados para que haya escalones periódicos de dificultad que tienen su recompensa en varias piezas sucesivas de las mismas características, de manera que el alumno alterna la dificultad con el disfrute de haber realizado ese esfuerzo.

Trabajo propio de la pieza: 

Trabajaremos de muy diversas maneras para llegar a controlar la pieza e interpretarla de memoria con su acompañamiento y en concierto: cantándola con su letra, cantándola con sus notas, representando las notas con partes del cuerpo, dramatizando la estructura de la canción con una historia, pintando símbolos para sus notas o para las partes de la historia, acompañándola con percusión, con el piano, haciendo juegos…

Después de la primera fase en que cantamos las notas de la canción como una «segunda letra», el alumno alcanza madurez en la pieza: la entiende y controla en cuanto a alturas, estructura, memorización, etc. Es en ese momento cuando podremos empezar el trabajo previo de la siguiente pieza, terminando simultáneamente de perfeccionar ésta.

Trabajo de repaso:

Este paso también es importante. El repaso de todas las piezas aprendidas debe ser constante y nos sirve tanto para dar ejemplo a otros compañeros, como para aprender cuando tocamos solos: por ejemplo, para ejercitar nuestra memoria o para darnos cuenta de que hemos mejorado la calidad de nuestro sonido, el control del aire, o la velocidad de los dedos…

Al igual que ocurre en el resto de nuestras clases, este aprendizaje se lleva a cabo siempre desde un punto de vista positivo, evitando cualquier tipo de competitividad y buscando que cada niño disfrute de la música y aprenda según sus necesidades, a su propio ritmo.

Cursos de Flauta Suzuki para este verano

youth-570881_640

Los cursos de verano son siempre un buen momento para disfrutar de la música y avanzar en nuestro aprendizaje: nos sirven para repasar, aprender, motivarnos y y reforzar lo que haya que trabajar técnicamente durante el verano. Son recomendables para los alumnos más pequeñitos y sus familias tanto como para jóvenes o adultos que estudien música profesionalmente. El verano es largo, ¡pueden ser hasta tres meses sin clase!

Algunos aspectos que siempre se refuerzan en los cursos de verano son:

  • Aumentar la motivación: durante los días del curso absorvemos de manera muy intensa estímulos musicales, ya que pasamos muchas más horas de lo normal escuchando y haciendo música. Además de nuestras clases individual y grupal de flauta, donde conoceremos a nuevos compañeros, cada día escuchamos conciertos de otros, tocamos en grupos más numerosos o nos acercamos a instrumentos distintos al nuestro…
  • Avanzar en nuestro aprendizaje: ya sea con nuestro profe habitual o con otro (es muy positivo conocer y dar clase esporádicamente con distintos profes), recibiremos en el curso otro punto de vista y buenos consejos, y llevaremos a cabo una práctica intensa que supone un empujón en nuestra técnica o repertorio.
  • Hacer amigos de música: una parte esencial del curso de verano es el tiempo que invertimos en socializar y conocer a nuevos compañeros u otras familias. Con estos amigos nos entendemos muy bien en muchos sentidos, porque compartimos algo tan importante como es la práctica musical.
  • Asociar la música también con momentos lúdicos: en los cursos de verano casi siempre se realizan otras actividades extra además de las musicales, guiadas por monitores de tiempo libre y profesores de otras áreas (clases de baile, excursiones, talleres artísticos, etc.).
  • Compartir con el resto de la familia la experiencia musical: muchas veces es sólo uno de los padres o adultos cercanos al niño quien le acompaña en sus clases y aprendizaje regular, y los cursos de verano pueden suponer unos días donde compartirlo con los otros miembros de la familia, tanto adultos como hermanos mayores o pequeños, que a su vez pueden recibir sus clases de estimulación musical también allí mismo.

Las profesoras de Little Musical Steps aprovechamos para informaros de dos cursos que llevaremos a cabo este verano de 2016:

Música en la Vera, en Jarandilla de la Vera (Extremadura). Curso Suzuki
Fechas: 24-29 junio
Profesora de flauta: Laura Martín

Curso de Flauta Teodoro Valdovinos, en Chera (Valencia). No es un curso Suzuki, pero una de las profesoras asistentes es Laura Dudley, por lo que podrían darse también clases Suzuki.
Fechas: 17-23 julio
Profesores de flauta: nueve profesores de flauta en total, entre ellos Laura Dudley.

El Curso Nacional Suzuki, que se celebra en Mollina (Málaga) entre el 25 y el 30 julio, tiene todavía la inscripción abierta aunque el alojamiento del centro donde se realiza ya está completo. La profesora de flauta Suzuki allí será Karen Lavie.

Os animamos a buscar el curso que os venga mejor para que los niños aprendan, compartan y disfruten… ¡Y vuelvan a casa con muchas ganas de tocar!

 

¡La flauta travesera necesita que la cuides!

¡Qué importante es cuidar nuestro instrumento! Esto es algo que todos los músicos tenemos muy presente. Nos preocupamos de  conservarlo siempre en las mejores condiciones posibles. Desde el principio es importante ser conscientes de que la flauta va a necesitar que la cuidemos, pero…¿cómo se cuida una flauta?

Hay que limpiarla siempre después de tocar

Es necesario generar ese hábito en los niños desde el primer momento. Ellos son los responsables de cuidar su instrumento, así que no pasa nada si al principio necesitamos dedicarle más tiempo. ¡Con la práctica cada vez podrán limpiarla más rápido! Los adultos ayudarán o supervisarán en los comienzos y después ya se harán cargo ellos solos.

Hay que limpiar siempre la flauta ya que al tocar se va generando vapor de agua dentro del instrumento que se va condensando y se forman pequeñas gotitas que la humedecen. En el interior de la cabeza de la fauta hay un corcho que permite que esté afinada, y si no limpiamos esas gotitas, se irá pudriendo o llenando de moho y ¡no queremos que eso pase! La flauta también tiene unas zapatillas en las llaves  que presionamos con los dedos para producir las distintas notas. Si no limpiamos tanto el cuerpo como la pata de la flauta, esas zapatillas también se humedecerán y habrá que cambiarlas antes de tiempo. 

Para limpiar la flauta por dentro necesitamos un palito que suele venir ya en el estuche de la flauta y un trapo de algodón o gasa que enroscaremos alrededor y que nos va a permitir secar bien todo el interior del instrumento. Para limpiarla por fuera podemos utilizar una especie de gamuza que nos va a permitir que no quede ningún resto de suciedad o sudor.

Ten precaución con los cambios de temperatura y humedad

Hay que tener cuidado con dejar la flauta en un lugar con mucho calor o mucho frío. Nunca debemos dejarla al sol o cerca del radiador, tanto si está dentro como fuera del estuche y debemos evitar llevar la flauta en el maletero del coche ya que es un sitio en el que tanto el calor como el frío que se generan son bastante extremos y podría estropearse.

También debemos tener en cuenta si viajamos con la flauta a un clima más húmedo, como puede ser en las zonas de playa, que las zapatillas pueden empezar a hacer algún tipo de ruido por el cambio repentino o el mecanismo puede fallar y las llaves no suben y bajan como deberían. No pasa nada por tocar en un sitio con más humedad, pero hay que tratar de tenerla en el estuche siempre que no estemos tocando.

Si algo no va bien, consulta a tu profesor

A pesar de tenerla bien cuidada, cuando tenemos un instrumento durante muchos años, se pueden ir produciendo desajustes provocados por el desgaste que genera el uso a lo largo del tiempo. Consulta con tu profesor si algo no suena bien y este te dirá si es necesario que lo lleves a un luthier.

La escucha intensiva, ¡fundamental en el aprendizaje musical!


image

Escuchar música es algo importante para todo ser humano, durante toda nuestra vida y en momentos y circunstancias de todo tipo… Sin embargo, cuando comenzamos a educar nuestro oído o a aprender a tocar un instrumento, la práctica auditiva se convierte en algo imprescindible. Por ello, nuestras clases están siempre llenas de ejemplos musicales, tanto en directo como a través de grabaciones de música de cualquier época, estilo o género.

En el caso de la Estimulación Musical Temprana (niños entre cero y tres años aproximadamente), la escucha de música fomenta el desarrollo de diversas funciones cerebrales, tanto auditivas como generales. Hemos conocido recientemente el proyecto estadounidense Nuryl, donde sus creadores nos explican los beneficios de la estimulación musical en bebés desde el embarazo hasta los dos años y nos ofrecen una aplicación para dispositivos móviles para llevar a cabo esta escucha intensiva de música.

Por otra parte, en las clases de Flauta Suzuki (con niños de a partir de tres años) utilizamos además un material creado especialmente para este aprendizaje: la grabación de las piezas del repertorio tocadas con la flauta acompañada por un piano y  la grabación de estos acompañamientos a parte. Para los alumnos Suzuki de cualquier instrumento, la escucha intensiva de este material es fundamental:
– Para la aprender el repertorio: los niños asimulan de oído y sin esfuerzo aspectos como la afinación, el ritmo o la estructura de cada pieza. Además, se familiarizan también con las piezas más avanzadas del repertorio, reconociéndolas después cuando escuchan a otros niños interpretarlas, por ejemplo. los niños pueden practicar con el cd cuando ya se han aprendido la pieza…
– Para practicar una pieza ya aprendida: pueden hacerlo con los acompañamientos de piano creados a tal efecto o también por encima de la grabación del instrumento.
– Para crear un ambiente idóneo para la práctica del instrumento, por ejemplo escuchando algunas piezas antes de empezar a tocar, mientras nos colocamos y montamos el instrumento.
– Para aumentar su motivación: cuando escuchamos piezas que nos agradan, ¡aumenta nuestro deseo de hacer música!

Independientemente de nuestra educación musical, mayores y pequeños podemos disfrutar de la música juntos, con distintos tipos de escucha según la situación:
– Escucha inactiva: aprovechando para deleitarnos y nutrirnos mientras hacemos otra cosa, ya que nuestro cerebro, aunque no nos demos cuenta, está procesando mucha información de ese material sonoro.
– Escucha activa: concentrándonos en lo que estamos percibiendo, por ejemplo cantando la letra de la pieza si la tiene, entonando las notas, soplando en la cabeza de la flauta o tocando un instrumento de percusión al ritmo, poniendo los digitación de las notas en el instrumento si las conocemos, o incluso leyendo la partitura simultáneamente…
– Escucha en concierto: sin duda esta es la audición más intensa, al disfrutar de la música en directo y compartirla con el propio intérprete, en el ambiente mágico que se genera.

Es muy bueno, además, escuchar música de distintos tipos, estilos y épocas, acostumbrándonos a valorar características muy diferentes en cada ejemplo y ampliando nuestra creatividad y parámetro musical. Os animamos a incluir un poco más de música en vuestro día a día, como una rutina saludable y placentera: en concierto, en el coche, en casa, haciendo deporte, relajándote… ¡Cualquier momento se hace mejor con música!