Flautas para todos los gustos y tamaños

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El instrumento es algo muy valioso y especial para todo músico y la llegada de uno nuevo a nuestras manos supone siempre motivación e ilusión, tanto si es el primer instrumento musical que tenemos como si se trata de los que se van sucediendo durante nuestro aprendizaje y desarrollo musical.

¿Qué instrumentos utilizamos durante el aprendizaje de Flauta Suzuki? De menor a mayor tamaño y valor, empezamos por las flautas más sencillas y terminamos con la flauta travesera convencional:

Pífanos:

Algunas personas nos preguntan «¿pueden tocar los niños tan pequeños una flauta travesera?». La respuesta es sí, ¡adaptada a su tamaño! Nuestra primera flauta se llama pífano: es pequeña, del tamaño de un piccolo aproximadamente (unos 30 cm), y de plástico, de manera que no pesa ni se rompe con caídas. La podemos limpiar con facilidad (a veces llegamos a clase terminando la merienda…) y a los peques les encanta decorarla y personalizarla con las pegatinas que se van ganando en clase o en casa.

Flautas junior:

Según los niños van creciendo y aprendiendo a tocar el instrumento, pueden pasar a una de estas flautas: tienen un tamaño intermedio entre el pífano y la flauta de adulto, la embocadura es curva para que les lleguen las manos a su sitio con los brazos relajados y traen colocados unos salientes en las llaves para adaptarse al tamaño de sus dedos.

Las hay de metal o de plástico y suponen un incremento enorme de motivación en los niños ya que pasan a la «flauta de mayores», siendo ahora responsables de su cuidado (esta flauta la limpiamos después de cada uso, la guardamos correctamente en su estuche, etc.). Lo reciben como un gran regalo y recompensa a todo el trabajo y práctica con el pífano.

Flautas de adulto:

Se trata del tamaño final del instrumento y los alumnos las adquieren cuando ya les llegan los brazos para poder tocar con la embocadura recta y los dedos alcanzan las llaves normales. En este momento los niños se sienten mayores, maduros, ¡flautistas profesionales! También hay papás y mamás que se animan a comprarse la suya propia, para tocar con los peques o simplemente para seguir aprendiendo después de lo que han conseguido con los primeros pasos (hacerse a la embocadura, tocar las primeras canciones…).

Un instrumento musical es sin duda uno de los mejores regalos que se pueden hacer en estas fechas, tanto a pequeños como a mayores. Supone diversión, enriquecimiento personal, desarrollo de nuestra creatividad… Nos anima a compartir algo tan especial como la música con quien más queremos.

 

“Mamá, ¡hoy tenemos concierto!”

Qué emocionados esperan nuestros pequeños alumnos los días de concierto. Y es que, desde el principio de su aprendizaje del instrumento, esta es una parte más de su vivencia musical.

En un primer momento, puede resultar extraño imaginarse a niños de tres años sobre el escenario, pero hay muchas razones por la que esto no sólo es posible, sino que es positivo y necesario en el proceso de aprendizaje:

Sienten que forman parte de un equipo en el que todos son importantes

Tanto si son capaces de tocar piezas difíciles como si apenas pueden tocar una nota con el instrumento, los niños sienten que forman parte del fenómeno musical. Los más pequeños se encuentran arropados por los mayores y los más avanzados utilizan todo su potencial para ayudar a los pequeños.

Disfrutan del escenario

Cuando los niños empiezan desde pequeños a dar conciertos en grupo, estar sobre el escenario se convierte en algo natural. Les va dando la confianza necesaria para en un futuro poder dar conciertos a solo y cada vez más largos. Aunque depende mucho de su personalidad, la mayoría de nuestros alumnos están deseando actuar y conciben el concierto como algo positivo y natural para ellos, recompensa a su esfuerzo y práctica del instrumento.

Entienden que lo más bonito de aprender música es poder compartirla

El aprendizaje de las clases colectivas tiene una guinda final perfecta en los conciertos, pues allí no sólo comparten la música con sus compañeros, sino también con el público, al que se la ofrecen juntos.

A partir del momento en que los alumnos pueden tocar alguna canción completa con todas las notas y la tienen bien interiorizada, también empiezan a dar conciertos individuales. Gracias a que hemos generado el hábito de subirse al escenario con el grupo y a haber visto a los más mayores dar sus conciertos a solo, este paso se da de manera natural. Es importante no forzar a los niños a hacerlo y por ello siempre les ofrecemos la posibilidad de tocar con ellos para que se sientan arropados por la profesora o sus padres.

Desarrollan responsabilidad y autonomía

Cada concierto supone un objetivo concreto que empezamos a preparar con tiempo e ilusión. Los niños se preparan tocando su pieza de concierto en clase para los compañeros, en casa para su familia, etc., practicando su intervención en lugares que les son muy familiares. Aprenden a ser los protagonistas por un día y disfrutar de ello.

Los conciertos son los momentos mágicos para los que todos los músicos se preparan. Son el fin último del trabajo, la recompensa al tiempo dedicado a cada pieza. Poder hacer partícipes a los niños de esa magia es enseñarles el verdadero motivo por el que la música es tan especial.

¡Los alumnos Suzuki también leen partituras!

Algunas personas que no conocen el Método Suzuki afirman que los niños que aprenden a través de él no leen partituras… Nada más lejos de la realidad. ¿Quizás se han topado con niños que, en su aprendizaje Suzuki, todavía no habían llegado a esa etapa?

aprendemos de oído

Los alumnos Suzuki aprenden de oído, imitando a su profesor y madre o padre que viene con ellos a clase, exactamente de la misma manera en que se aprende la lengua materna. ¿Acaso las personas leemos antes de aprender a hablar? ¿Cómo puede entonces un niño aprender a leer música si aún no “habla ese idioma”?

Al aprender de oído y de forma natural, los niños entienden la música como un lenguaje más, se comunican a través de él y asimilan cómo ejecutarlo en su instrumento. Después de ello, es cuestión de ponerle nombre y simbología a lo que ya es familiar para ellos. Encontramos en la partitura las notas de la escala, los ritmos que tocan o simplemente indicaciones de dónde respirar.

¿cuándo introducimos la lectura?

Esto no significa que llegue toda la información de golpe en el momento en que damos el paso. Los alumnos se familiarizan poco a poco con los símbolos de la escritura musical, desde incluso antes de comenzar con las clases de instrumento. Ya en las clases de iniciación musical se presentan algunos símbolos y se juega con ellos. Por ejemplo, los interpretamos con la voz o el instrumento, para ir entendiendo que cada dibujo tiene su consecuencia sonora.

Es el profesor Suzuki quien toma la decisión de cuándo empezar a trabajar la lectura del pentagrama. Esto suele suceder en torno a los seis años de edad del alumno, aunque, siendo cada niño diferente, dependerá de su aprendizaje y desarrollo. Nosotras solemos utilizar la partitura ya de forma habitual con los alumnos a partir de la tercera parte del libro 1 de Flauta Suzuki. En este momento empiezan a tocar piezas con mayor valor musical y complejidad técnica.

una nueva etapa

Este nuevo reto supone una fase de cambios y al principio acarrea dificultades para el niño, al que le resulta más fácil seguir tocando de memoria y sin leer. Pero, con algunos juegos para habituarnos al pentagrama (incluso aplicaciones para tablets o juegos de ordenador), un poco de paciencia y constancia, lo consiguen y con mucho éxito.

Lograrlo aumenta su autoestima y por supuesto se sienten mucho más capaces también musicalmente, ya que se les abre todo un mundo de literatura musical a sus pies. A partir de ese momento lo combinaremos con nuestra forma habitual de trabajo, manteniendo el trabajo de memoria (ahora también aprenderán rápidamente de memoria las partituras que lean) y de oído con el profesor, unas habilidades fantásticas que hemos desarrollado para siempre al comenzar el aprendizaje desde tan pequeños y que el alumno podrá usar dentro y fuera del aula, en la música y en su vida en general.

 

La motivación como motor para el aprendizaje

 

No es que yo sea muy inteligente, es que persevero más tiempo. Albert Einstein

¿Podríamos considerar entonces que éxito y perseverancia van de la mano? En el aprendizaje musical debemos ser constantes para lograr avanzar y sentir que vamos dando pasos hacia nuestro próximo objetivo.

El motor que nos ayuda a continuar esforzándonos en conseguir algo es la motivación. Es un motor que hay que alimentar constantemente para que no deje de funcionar y que nos va a permitir continuar progresando. En el aprendizaje instrumental de los pequeños este motor es importantísimo y somos los padres y profesores los que debemos contribuir a que esté presente en nuestras clases y durante el estudio en casa. 

La motivación es verdaderamente el secreto para ayudar a los niños a desarrollar su potencial al máximo. Os dejamos algunos consejos para fomentar la motivación en los peques:

Mostrar interés por el instrumento

Los niños captan la emoción  con la que hacemos algo y es nuestro interés lo que despierta el suyo. Si queremos que la música y el aprendizaje instrumental pasen a formar parte de sus vidas, debemos ser los primeros en transmitirles nuestra ilusión.

Transmitir confianza

Los niños necesitan saber que confiamos en su potencial. La seguridad que depositamos en ellos es fundamental para que sientan que pueden lograrlo.

Fijar metas alcanzables

Suzuki decía “objetivos pequeños para gente pequeña”. Si marcamos metas muy difíciles que no sean abarcables para ellos, se sentirán frustrados. Es por eso que debemos fijar pequeñas metas que nos permitirán alcanzar una meta mayor.

Reconocer el esfuerzo

Es importante alentar a los niños haciéndoles ver que valoramos el esfuerzo que han hecho y que esforzarse ya es un triunfo, incluso aunque no hayan conseguido lo que se proponían en un primer momento. 

Elogiar triunfos y aceptar errores

Es fundamental que celebremos los momentos de triunfo ya que son la recompensa al esfuerzo realizado, pero también es importante que aceptemos los errores que se han cometido en el camino. Los niños no deben tener miedo a equivocarse porque es lo natural en cualquier proceso de aprendizaje. ¡De los errores se aprende!

Mostrar apoyo especialmente en los momentos difíciles

 En ocasiones, puede haber un estancamiento o alguna dificultad que se hace más cuesta arriba de lo normal y genera que el niño pueda frustrarse. En esos momentos es cuando más apoyo necesitan y más debemos hacerles saber que confiamos en ellos y que lo conseguirán con un poco de esfuerzo. Empatizar con ellos y contarles situaciones en las que nos ocurrió algo parecido les ayuda a superar los baches.

Disfrutar

El fin último que perseguimos es que los niños se diviertan con la música, la compartan con otros compañeros que toquen junto a ellos y disfruten interpretándola en público. Divirtámonos con el viaje que supone aprender. ¡Divirtámonos con la música!

Música e inglés… ¡Combinación perfecta!



Las profes de Little Musical Steps tenemos formación en varios idiomas y creemos que es fantástico poder compartirlo con nuestras familias en el aula. Nuestras clases son bilingües, alternando castellano e inglés, para que papás y mamás os sintáis a gusto sin necesidad de ningún nivel mínimo del idioma. ¡Vuestra participación en el aula es muy importante!

Se trata de ofrecer a los pequeños este otro estímulo distinto al musical y aprovechar esa etapa en la que absorben tan fácilmente. Según Barbara Zurer Pearson, autora de Raising a Bilingual Child, “después de tan sólo días de haber nacido, todos los bebés ya pueden diferenciar varios idiomas”. Además, el periodo óptimo para el aprendizaje de idiomas, según numerosos estudios, parece situarse entre el nacimiento y los tres años (justamente cuando un niño está aprendiendo su primera lengua). De hecho, lo aprenden también con facilidad y todavía como si fuese su lengua materna hasta los siete años de edad.

Cuando estamos inmersos en la actividad de la clase, el niño escucha, imita y siente el deseo de comunicarse también en inglés. Es bueno para ellos ver a un adulto de referencia (como su madre, padre o su profesora) hablar en dos idiomas indistintamente. De esta forma,  lo  entienden como algo normal y natural… Incluso, ¡hay momentos en que los niños prestan más atención por estar escuchando dos idiomas diferentes!

El biligüismo tiene muchas ventajas

César Ávila es catedrático de Psicología Básica de la Universitat Jaume I de Castellón e investigador del grupo de neuropsicología y neuroimagen funcional de Brainglot. Ha realizado un estudio en el que comprueba con técnicas de resonancia magnética qué pasa en el cerebro de personas bilingües y monolingües al realizar tareas que no son lingüísticas, sino de control ejecutivo y de atención. Ávila explica que “crecer en un entorno en el que se usan dos lenguas y has de cambiar constantemente de una a otra hace al cerebro más flexible al ambiente y otorga más capacidad de cambio cognitivo”.

El uso del inglés en nuestras clases no va a hacer bilingüe al alumno, pero estimula su oído y crea interés y predisposición por su parte para aprender esa segunda lengua. Las ventajas que conlleva hablar más de una lengua, además de las comunicativas, pueden ser muy numerosas: mayor creatividad en la resolución de problemas complejos, capacidad de pensamiento más flexible, mejora de la atención y apertura mental, mayor facilidad para aprender otros idiomas o incluso la creación de reservas cognitivas que retrasan la aparición de síntomas de demencia o de alzheimer… Let´s make music!

 

Cinco razones para aprender música con el método Suzuki

 

Hoy en día nos rodean múltiples metodologías educativas  y a menudo surgen dudas acerca de si serán adecuadas o qué nos ofrecen exactamente.

El método Suzuki surgió para la enseñanza de un instrumento musical, pensado para iniciarse desde una edad temprana y a través del cual se desarrolla al máximo el potencial de cada niño.

Os dejamos las que son, para nosotras, las cinco razones principales para iniciar a los niños en el aprendizaje instrumental a través del Método Suzuki:

1.Se adapta a cada niño

Se trata de una metodología personalizada, que se fundamenta sobre la idea de que el talento no es innato sino que se desarrolla. Debemos potenciar al máximo el talento de cada niño, teniendo en cuenta sus necesidades y respetando su ritmo de aprendizaje.

2. Forma parte del núcleo familiar

 Suzuki considera que somos producto de nuestro entorno, siendo el familiar el más inmediato y el que más influencia ejerce sobre los pequeños. En las clases Suzuki el padre o madre está presente, aprendiendo el instrumento junto al niño para luego poder ser el ayudante durante la práctica en casa.

3. Es un aprendizaje natural basado en la lengua materna

 Suzuki afirma que si todos los niños pueden aprender su lengua madre, también pueden aprender a tocar un instrumento si lo hacen de la misma manera. Esto significa que al igual que aprendemos primero a hablar y después a leer, con el instrumento ocurrirá lo mismo. En un inicio se enseña al niño a tocar a través de la escucha, imitación, repetición y memoria para posteriormente enseñarle a descifrar el lenguaje escrito de la música y que pueda leer partituras.

4. Fomenta el desarrollo social

 Los niños tienen una clase individual y otra colectiva cada semana. Esto implica que desde un inicio los niños comparten la música y el aprendizaje de su instrumento con otros alumnos. Esto es fundamental ya que no sólo es un punto de motivación importante, sino también un espacio en el que los alumnos aprenden a formar parte de un grupo, así como a compartir, respetar y colaborar.

5. Favorece el crecimiento personal

Suzuki habla constantemente de educar a los niños con amor y respeto. Para él la música será una futura herramienta muy valiosa si enseñamos a los niños a amarla y a crecer emocionalmente junto a ella desde un primer momento.

El objetivo de Suzuki no fue sólo enseñar música, sino a través de ella llegar a educar a la persona: “el carácter primero y después la música.” Su sueño fue que, a través de la música, pudiéramos crear un mundo mejor.

Si queréis ver cómo hacemos todo esto, podéis venir a conocernos y probar una clase sin compromiso en El Acebuche de Rivas  (Plaza Joan Miró, 6. Rivas-Vaciamadrid), reservando en info@littlemusicalsteps.com. ¡Os esperamos!

¿Por qué hacemos clase individual y grupal en Flauta Suzuki?

El Método Suzuki fue ideado para trabajar a través de clases tanto individuales como grupales, durante todas las etapas de aprendizaje del alumno.

Suzuki decía «hay padres que creen que la clase grupal es sólo un momento de diversión… Pero lo cierto es que lo que el alumno más disfruta es tocar en grupo. Cuando tocan con otros niños con un nivel superior, la influencia que reciben es enorme y el resultado en el aprendizaje es maravilloso».

Estas son algunas características y diferencias de nuestras clases de Flauta Suzuki:

Clase individual

  • Es el momento dedicado específicamente al alumno y sus necesidades de aprendizaje, participando únicamente niño, padre y profesor.
  • En ella se trabaja la técnica del instrumento: postura, sonido, piezas de estudio, etc.
  • El padre o madre recibe las explicaciones e instrucciones sobre el qué, por qué, cómo y cuánto de la práctica en casa.
  • Se refuerza el vínculo musical familiar trabajando juntos.
  • Suele tener menos duración que la clase grupal durante la primera etapa de aprendizaje del alumno, ya que supone una gran concentración por parte del niño.

Clase grupal

  • Tener un repertorio en común hace posible que los alumnos toquen juntos desde el comienzo de su aprendizaje, reforzando todos los conceptos que aprenden en la clase individual.
  • Los niños aprenden a relacionarse y conocen a otros alumnos que tocan su mismo instrumento y canciones, se sienten parte de algo y se ilusionan por practicar y compartirlo con sus compañeros.
  • La simple experiencia en grupo les motiva, ¡les encanta repetir lo que ven hacer a otros niños! Y a su vez aprenden a esperar su turno y escuchar a los compañeros.
  • En esta clase pueden aprender y enseñar, siendo los mayores el ejemplo para los más pequeños. A lo largo de su aprendizaje, van desarrollando diversos roles según crecen y entran en el grupo compañeros nuevos.
  • Escuchar a los demás es la mejor manera de repasar las canciones que ya se saben o escuchar nuevas a las que todavía no han llegado, trabajando en el respeto y reconocimiento del trabajo y esfuerzo de los demás.
  • ¡Tocar con los demás es lo más divertido para cualquier músico! La mejor recompensa al esfuerzo y trabajo individual.

Algunas virtudes y ventajas de la Flauta Travesera

IMG_3621El Método Suzuki fue creado por Shinichi Suzuki a mediados del siglo XX para la enseñanza del violín a niños desde la edad temprana. Desde entonces se ha adaptado y sigue adaptándose para el aprendizaje de otros instrumentos tanto de cuerda como de viento: viola, violoncello, contrabajo, arpa, guitarra, piano, trompeta, clarinete, flauta… En el caso de este último, fue el propio Suzuki quien pidió a Takahashi, flautista japonés, que adaptara el método para la enseñanza de la Flauta Travesera.

Las profesoras de Little Musical Steps somos flautistas que enseñamos nuestro instrumento a través del Método Suzuki y os queremos contar algunas de sus virtudes y ventajas:

  1. Ofrece infinidad de posibilidades musicales en agrupaciones y estilos de música y su repertorio es riquísimo: la literatura de la flauta abarca todas las épocas de la historia de la música y todo tipo de estilos, desde el clásico hasta el jazz, pasando por flamenco o salsa… Además, los flautistas podemos hacer música a solo, a dúo, en grupo de cámara, en banda, en orquesta sinfónica, etc. ¡No nos perdemos una!
  1. No pesa ni ocupa mucho y se transporta fácilmente: incluso la flauta travesera de adulto cabe perfectamente en una mochila corriente o un bolso grande. Afortunadamente, no nos acarrea dolores de espalda ni asientos extra en los aviones.
  1. Es un instrumento barato, sobre todo durante la etapa de estudiante: ¡los pífanos
    de plástico con los que comienzan los alumnos Suzuki en los primeros años cuestan sólo 9€ y las primeras flautas traveseras del alumno pueden rondar los 150€!
  1. Es uno de los instrumentos de nuestros orígenes: la flauta nació de un hueso de animal al que algún ser humano decidió hacer agujeros para conseguir diferentes sonidos al soplar a través de su interior… Lo llevamos dentro, es natural.
  1. Además de la belleza de su sonido una vez alcanzada cierta técnica, la flauta travesera tiene un timbre agradable desde el comienzo del aprendizaje del alumno, resulta fácil y dulce de escuchar desde la primera clase. ¿Será por aquello que dicen de que se asemeja a la voz humana?

Por qué tenéis que venir a probar una clase y no os lo podemos contar por teléfono…

Empezamos este blog para compartir con vosotros nuestras opiniones, comentarios personales y referencias a investigaciones o artículos relacionados con la educación musical temprana.

En este primer post queríamos contaros varios motivos por los que venir a probar una de nuestras clases Suzuki y poder comprender mejor nuestra metodología, en este caso la de la enseñanza de la flauta travesera:

1. Porque el Método Suzuki no se parece al sistema educativo de escuelas infantiles o colegios ni tampoco a la enseñanza musical común de conservatorios o escuelas de música. Los papás participan en la clase con sus hijos (sobre todo en la primera etapa, en la que aprenden con ellos a tocar el instrumento) y se crea un vínculo muy especial ligado a la música y su aprendizaje, un hábito que se lleva a casa para la práctica del instrumento.

2. Porque es una educación personalizada, que se adapta a cada niño y a cada familia y en cada momento del aprendizaje o desarrollo del alumno. El método se lleva a cabo a través de una clase individual y otra grupal cada semana, siendo en la primera en la que el triángulo alumno-padre/madre-profesor trabajan en la técnica del instrumento en su momento específico de aprendizaje.

3. Porque es difícil de imaginar si no se conoce, ya que se basa en el aprendizaje a través de juegos, canciones y bailes, siempre con energía y actitud positiva ante el hacer del alumno y sus padres. De esta forma aprender música es divertido, funciona, ¡y no es una carga para el niño!

4. Porque es bueno para el padre o madre ver también en la primera clase cuál es la reacción de su hijo ante este nuevo estímulo. Leemos y reflexionamos sobre métodos educativos o distintas actividades para los niños, pero realmente la última palabra la tienen ellos y su respuesta a la clase y al profesor o profesora son cruciales para saber si lo que hacemos funciona.

5. Porque ofrecemos una clase de prueba gratis , pues sabemos que nuestra metodología es algo diferente a lo que se suele entender por “clases de flauta” y que es necesario un primer contacto donde conocernos y tener las primeras sensaciones. ¡Estáis invitados!