Hace unas semanas os hablábamos sobre el cambio de rol de nuestros alumnos Suzuki dentro del grupo a medida que avanzan en su aprendizaje instrumental. Como ya sabéis, en nuestras clases los padres estáis presentes y aprendéis el instrumento junto a ellos. Según pasan los años, vuestro rol dentro de la clase y en la práctica en casa, también se va modificando.
A medida que se hacen mayores, su independencia aumenta y necesitan vuestro apoyo de manera diferente. Para que os hagáis una idea, os hablamos de tres roles que váis a desempeñar como «Padres Suzuki»
El PARTICIPADOR
Cuando un niño se inicia en su aprendizaje instrumental a una edad temprana (a partir de los 3 años), necesita que el adulto que lo acompaña a sus clases aprenda a tocar el instrumento junto a él. Los padres son el principal referente del pequeño en todo lo que aprende en su vida. Son el ejemplo que ellos quieren imitar y a todos les gusta pasar tiempo con ellos. Así, jugando juntos conseguiremos que puedan desarrollar el amor por la música con los beneficios que va a aportarles a lo largo de su vida.
En clase explicamos cómo, por qué y para qué se hacemos las actividades. De esta manera el padre podrá ser luego el profesor en casa siguiendo las indicaciones de cada semana. Es un elemento fundamental en el aula, ya que su ayuda y colaboración es indispensable para poder progresar.
El apuntador
A medida que pasa el tiempo, el padre pasa a tener un papel más pasivo. Puede por supuesto seguir tocando el instrumento, aunque llega un punto en el que el niño avanza más rápido y en es entonces cuando algunos deciden continuar únicamente con la labor de apuntar el trabajo para casa y no tanto la de tocar. Sigue siendo una pieza clave, puesto que sigue recibiendo instrucciones del profesor y continua siendo el profesor-ayudante en casa.
El observador
Con los años, el padre va cediendo responsabilidades. Pasa a ser el encargado de animar a su hijo a tocar en casa. Aunque ya no esté guiando ese estudio, sigue formando parte de su vida musical. Al igual que ocurre en otros aspectos de la vida cotidiana, cada vez su intervención es menor. Pasa a ser la figura de apoyo que ayuda a superar los posibles baches a lo largo del camino y que disfruta viendo a su hijo avanzar.
No hay un tiempo marcado para ir cambiando de rol. Cada familia y cada niño son diferentes y tienen distintas necesidades a lo largo de su aprendizaje. Al igual que respetamos las distintas fases por las que va pasando el niño con respecto al instrumento, respetamos en qué medida y de qué manera necesita a sus padres para ser progresivamente más independiente.
Muchos padres siguen aprendiendo con la flauta travesera y tocan con ellos en casa cuando son más mayores. Son dos compañeros musicales y eso, ¡no nos puede llenar más de alegría!