Juegos para potenciar el oído

Crear actividades basadas en el juego y la experimentación está a la orden del día para cualquier profe que trabaje con niños pequeños. Nosotras, como profes de flauta travesera, utilizamos materiales muy diversos para trabajar aspectos que consideramos fundamentales para el desarrollo de nuestros alumnos. Por eso hoy, os traemos esta propuesta de dos juegos para potenciar el oído de distintas maneras con un material muy sencillo y accesible para todos…¡los cascabeles! Estas actividades pueden hacerse en clase y en casa. Son divertidas y fomentan la concentración y la escucha en los niños mientras agudizan su oído.

¿En qué piso vivo?

Podemos empezar eligiendo cuatro cascabeles con dos colores distintos. Cada color representa a una nota. Nosotras hemos hecho este juego con las notas SI y LA porque son las primeras que nuestros alumnos aprenden con la flauta travesera, pero puede hacerse con las dos notas que se quiera.

Indicamos en cuál de las dos notas con las que estamos trabajando va a empezar nuestra secuencia de cuatro notas. A continuación tocamos la secuencia y el alumno tiene que colocar los cascabeles acordes a las notas que ha escuchado. Por ejemplo, asociamos el morado al SI y el azul al LA. Tocamos la secuencia si- la – la – si y el alumno debe de colocar los cascabeles morado- azul- azul- morado.

Cuando ya veamos que el alumno realiza las secuencias con facilidad podemos aumentar un poco la dificultad. Empezamos a realizar la secuencia sin indicar en cual de las dos notas estamos empezando. Este juego podemos ir complicándolo haciendo secuencias más largas. Otra opción sería realizar el juego con tres notas que nos ofrece la posibilidad de trabajar arpegios, etc.

¿Cuántos somos?

Con este juego vamos a trabajar con la intensidad o volumen sonoro. Necesitamos dos botes que sean opacos para que no podamos ver lo que hay en su interior. En cada bote metemos un número de cascabeles distinto. Al principio debemos de exagerar más la cantidad de cascabeles que metemos en cada uno. Podemos elegir, por ejemplo, adivinar en cuál hay más cascabeles. Para ello agitaremos primero un bote y luego otro.

Para ir complicando el juego podemos poner cada vez un número más parecido de cascabeles en ambos botes o poder agitarlos solo una vez antes de aventurarnos a adivinar.

Una variante de este juego, podría ser el Memory Musical, en el que no tenemos que distinguir el volumne sonoro si no el timbre. Os dejamos un enlace al post en el que os explicamos cómo realizar un Memory Musical en casa de forma muy sencilla.

Os animamos a que probéis a hacer estas actividades con los peques y si queréis nos contéis si les han gustado, dejando un comentario en este post o en cualquiera de nuestras redes sociales como Facebook o Instagram. ¡Aprender es divertido!

Concierto de Navidad: música e ilusión

La Navidad se acerca y como no podía ser de otra manera… ¡Lo hemos celebrado con música! Durante el último mes hemos estado preparando el concierto de Navidad. Hemos ensayado en las clases y en casa, haciendo pruebas de concierto para los familiares y amigos. Mayores y pequeños pusieron su granito de arena para que la tarde del pasado viernes estuviera llena de ilusión.

Nuestros alumnos se vistieron para la ocasión. Entre los pequeños flautistas hubo elfos, angelitos, muñecos de nieve, pastorcillos y alguna que otra Mamá Noel con trenzas. Decoramos el escenario con campanas, cenefas y luces y abrimos el camerino de artistas. ¡Qué emoción!

¿Qué piezas escuchamos?

El concierto empezó con una parte de solos en la que varios alumnos, acompañados por Laura al piano, pudieron tocar para sus compañeros y para el público la última canción que habían estado practicando. Pudimos escuchar «La tía Rhody», «Cuco», «Chinito», «Moscas de Fuego» e incluso piezas como «Melancolic Fantasy» de Reichert o el famoso «Minuet» de Bach. Familiares y amigos aplaudieron a nuestros flautistas, que salieron con mucha decisión, ganas y concentración al escenario. ¡Son unos artistas!

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Después de los solos, la actuación continuó con varias piezas para grupo de flautas. Nuestros alumnos más mayores se atrevieron a sorprender al público. Interpretaron Star Wars y varios temas navideños como el Mesías de Haendel  y unos villancicos con mucho ritmo que sonaron sobre la famosa canción Twinkle, Twinkle, Little Star. Parece que fue ayer cuando empezaron a dar sus primeros pasitos con la flauta y ahora son ya el ejemplo de muchos pequeños que les miran y escuchan con admiración. ¡No podemos estar más orgullosas!

Para terminar, los peques, que habían estado escuchando sentaditos en primera fila, se levantaron para unirse al grupo. ¡Hasta los hermanos más pequeños que tenían dos años querían soplar en sus pífanos! Desde el más pequeño que ha empezado las clases de flauta en septiembre hasta el más mayor que ya lleva seis años tocando, se unieron en el escenario para interpretar la primera canción de nuestro repertorio de flauta suzuki: Mary tiene un corderín. Es un momento muy emotivo en el que la música une a niños de distintas edades y niveles. Los mayores apoyan a los pequeños y estos empiezan a entender la música como algo para compartir y disfrutar.

Ilusión y motivación

Los conciertos son un momento de mucha ilusión y emoción para los niños, y también suponen un aliciente de motivación muy importante para ellos. En el escenario aplican y comparten todo lo aprendido en las clases y en casa y ven recompensado su esfuerzo, sintiéndose capaces de tocar piezas cada vez más difíciles. Muchos ya están pensando en lo que podrán tocar en nuestro próximo concierto, ¡será en primavera!

Nosotras nos despedimos hasta el 2017, que esperamos venga cargado de mucha música para todos. ¡Felices fiestas!

Tres claves para desarrollar el talento musical en los niños

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«El talento no es innato, sino que se desarrolla»

Esta frase fue pronunciada por Sinichi Suzuki en numerosas ocasiones a lo largo de su vida. Creía firmemente que nadie debería decirle a un niño que no tiene habilidad, sino proporcionarle las herramientas necesarias para que esta se desarrolle al máximo. Afirmaba que todos los niños pueden aprender música y desarrollar su talento musical. Por eso otorgó a su método el nombre de «Método de la educación del talento».

Para desarrollar el talento musical en los niños es necesario que podamos ofrecerles tres cosas fundamentales:

  • Entorno musical

Somos fruto de nuestro entorno, por lo que si queremos que un niño pueda desarrollar sus habilidades musicales, debemos ofrecerle un ambiente en el que la música esté presente. Para esto es importante que escuchemos música en casa, asistamos a conciertos con ellos, etc. En definitiva se trata de que la música forme parte de su núcleo familiar, que es su entorno más cercano. Los padres son el ejemplo más inmediato de sus hijos. Ellos empezarán a mostrar interés por aquello que también interesa a sus padres.

Un niño empieza a decir sus primeras palabras después de haberlas escuchado de sus padres en muchas ocasiones. Así aprendemos nuestra lengua materna y Suzuki afirmaba que el aprendizaje instrumental debe desarrollarse de forma similar para que sea un aprendizaje natural. Es por esto que los niños necesitan escuchar la música de forma habitual para asimilar e interiorizar  los sonidos, ritmos y estructuras de la misma. En el método Suzuki, tenemos un repertorio común de piezas que todos los niños van aprendiendo. Estas piezas, grabadas en distintos CDs, podemos escucharlas de forma pasiva (mientras pintan, se bañan, etc) o de forma activa (a la vez que suena la canción la bailamos, la cantamos con notas o marcamos su ritmo).

La práctica hace al maestro y es que al igual que ocurre con un deporte, debemos practicar regularmente  para que apreciemos la mejoría semana a semana y podamos ir dando pasos y alcanzando nuevas metas y objetivos. De esta forma es como conseguiremos que el instrumento pase a ser parte de la vida del niño y sus habilidades musicales se vayan desarrollando progresivamente. Para ellos, la práctica en casa conlleva una mejora con el instrumento que es fundamental para su motivación.

Estas tres cosas unidas a una actitud positiva van a ayudar a que el talento de los niños se estimule. Suzuki decía «Nunca se es demasiado viejo para empezar y rara vez se es demasiado joven». Por eso, tengan la edad que tengan vuestros hijos os animamos a que les ayudéis a desarrollar su talento musical.

Tres beneficios de la música en los más pequeños

Cada vez hay más estudios y expertos en neurociencia y psicología que hablan de los beneficios de la música en los más pequeños.  Aunque son muchos, nosotras hemos querido hablaros de tres de ellos que trabajamos en nuestras clases de forma natural y divertida.

Música y niños

Desarollo cerebral

Según un estudio elaborado por el Instituto de Aprendizaje y Neurología de la Universidad de Washington (Seattle, EE UU), «experimentar patrones rítmicos musicales mejora la habilidad de detectar y predecir patrones rítmicos del habla. Esto significa que escuchar música en edades muy tempranas puede tener un efecto global en las habilidades cognitivas de los bebés«. La mejora de las habilidades cognitivas, como la percepción de distintos patrones, supone un efecto positivo en el aprendizaje a largo plazo«.

Nuestros peques interiorizan las estructuras de la música, sus ritmos, melodías e incluso el vocabulario de las canciones y la cadencia del lenguaje. Para ellos es un juego, ¡pero los beneficios que les aporta son extraordinarios!

Desarrollo de la memoria verbal

Según un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Hong Kong, «al escuchar música se estimula una parte del cerebro que es responsable de la memoria verbal». De esta manera, la música potencia dicha memoria, que nos parece muy importante también para poder aprender distintos idiomas. En nuestras clases utilizamos la música tanto en castellano como en inglés, por lo que esa memoria verbal se desarrolla desde un principio en ambos idiomas y los niños la asimilan de una forma natural.

Desarrollo de la expresión corporal

Al combinarse con el baile,la música estimula sus sentidos y el desarrollo de la coordinación adaptando su movimiento corporal a los distintos ritmos. Aprenden a expresar el carácter de la música a través del cuerpo y  se abre una nueva vía de comunicación distinta al habla que les permite expresarse.

Si queréis apostar por una enseñanza musical bilingüe con muchos beneficios para el desarrollo de vuestros peques, podéis venir a conocernos y probar una clase gratuita.  ¡Estaremos encantadas de conoceros y enseñaros cómo vivimos y enseñamos nosotras la música!

¡Tocamos piezas de mayores!

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Los primeros pasos que dan nuestros pequeños flautistas en el repertorio del método Suzuki son a través de canciones infantiles y populares. Estas piezas  van siendo cada vez más complejas hasta que los alumnos se encuentran con las primeras piezas musicales del repertorio clásico, como son la Nana de Schubert o los Minuetos de Bach.  Les hace especial ilusión llegar a tocar estas obras porque saben que ya no son canciones de niños. ¡Ahora tocan piezas de mayores!

Con estas piezas empezamos a trabajar aspectos y conceptos musicales más avanzados que les serán de gran utilidad en su formación como intérpretes y como músicos en general.  Os dejamos algunas de las actividades que realizamos con ellos y qué pretendemos conseguir con ellas.

  • ¿Qué frase me toca?

La música, al igual que ocurre con los idiomas, está formada por frases que están organizadas dentro de un contexto coherente. Por eso, desde el principio las trabajamos en clase. Hacemos bailes con movimientos asociados a las distintas frases musicales de forma que sin saberlo, nuestros peques están desarrollando la capacidad de distinguirlas de forma natural. Por eso cuando son más mayores saben diferenciarlas con facilidad. Es un lenguaje familiar para ellos y es ahora cuando empiezan a ser conscientes y a deducir por ellos mismos cuando empieza y termina cada una.

En clase nos repartimos las frases musicales. Podemos asignar al alumno la que se repite más a lo largo de la pieza o si está en una fase más avanzada nos las alternamos. De esta manera potenciamos su concentración y asentamos el control sobre el lenguaje de la música.

VIAJANDO POR LAS TONALIDADES

Una novedad de las piezas más avanzadas es que no están siempre en la misma tonalidad. Aunque el Minueto esté en Sol Mayor, puede hacer un pequeño viaje a casa de una tonalidad vecina como Mi menor. Enseñamos a los alumnos a percibir cuando esto ocurre, tanto de oído (cambia el carácter) como a verlo en la partitura (aparecen sostenidos, bemoles o becuadros) y lo trabajamos en las clases colectivas tocando unos las partes en Sol Mayor y otros las partes en Mi menor.

Esto les ayuda en el desarrollo del oído armónico y la interpretación consciente. No tocan notas por tocar, sino que saben que cada pieza realiza un viaje y saben qué lugares van visitando en el camino.

TOCANDO CON EL ACOMPAÑAMIENTO

Al ser un método auditivo que se aprende de forma similar a la lengua materna, la audición habitual es de gran importancia. Para ello, los alumnos disponen de un CD en el que tienen todas las piezas del repertorio  para que lo vayan escuchando en casa de forma regular. De esta manera, los peques escuchan la música que después van a aprender y así las melodías ya forman parte ellos.

Además de este CD, tenemos otro con el acompañamiento de piano para todo el repertorio. Cuando ya se saben la pieza entera, pueden tocar con este acompañamiento en casa y fomentar así la regularidad del pulso, la afinación y sentirse preparados de cara a un concierto.

¡Buenos propósitos musicales para el nuevo año!

bigstock-people-charity-family-and-ec-90444830-(1)¡Qué ilusión, otro año nuevo por delante! Empezamos con muchas ganas y, como siempre en estas fechas, traemos una lista de buenos propósitos a realizar. Hoy queremos compartir con vosotros los que pueden ser nuestros buenos propósitos musicales:

  • Escuchar más música: si haces música con tu bebé puedes añadir más repertorio a su rutina, tanto en audiciones como en canciones que cantes y bailes con él. ¿Ya tenéis una canción para dormir? Pongámosle entonces música al momento del baño o a la hora de comer, será más divertido e interesante para él, participará más y aumentará vuestro vínculo. Si haces Método Suzuki con tu hijo o hija, también tienes la gran oportunidad de mejorar la escucha del CD con las piezas del repertorio de vuestro instrumento, para crear más interés por su parte, mejorar el aprendizaje de las piezas, el oído, la memoria, etc.
  • Asistir a conciertos o actividades musicales: este propósito nos lo podemos plantear para pequeños y mayores, con conciertos ya sea de Rock, de música clásica o de cualquier estilo y formato… ¡Y esque asistir a estos eventos no tiene más que ventajas! Disfrutaremos del arte, aprenderemos de los intérpretes y compartiremos la experiencia con todo el resto del público, volveremos a casa con ganas de aprender más música y nutridos de motivación.
  • Conseguir una práctica regular: en el caso de los bebés, podemos hacerlo repitiendo los juegos y canciones de clase, encontrando momentos y rutinas del peque que puedan realizarse siempre con música. Si aprendemos flauta, podemos mejorar la práctica buscando una rutina si aún no la teníamos: intentando practicar siempre a la misma hora (es recomendable hacerlo después de que el niño haya comido, por ejemplo, después de la merienda), creando un hábito de poca duración pero cuya importancia reside en la constancia, y que debe ser algo positivo y divertido para el alumno. Si esto ya lo habíamos conseguido, ¡el objetivo puede ser aumentar otro día a la semana esta práctica!
  • Cuidar mejor del instrumento: este comienzo de año también puede ser un buen momento para acostumbrarnos a cuidar bien nuestra instrumento. En el caso de la flauta, limpiándola debidamente por dentro y fuera al final de cada clase o momento de práctica, manteniéndola estable siempre que sea posible sin cambios bruscos de temperatura ni humedad, evitando que reciba golpes, etc.
  • Desarrollar más paciencia y confianza en nuestro aprendizaje musical: como siempre os decimos, este proceso es similar al de plantar una semilla, que regamos y cuidamos durante tiempo hasta que nace, crece, da sus frutos y se convierte en un hermoso árbol.

“Mamá, ¡hoy tenemos concierto!”

Qué emocionados esperan nuestros pequeños alumnos los días de concierto. Y es que, desde el principio de su aprendizaje del instrumento, esta es una parte más de su vivencia musical.

En un primer momento, puede resultar extraño imaginarse a niños de tres años sobre el escenario, pero hay muchas razones por la que esto no sólo es posible, sino que es positivo y necesario en el proceso de aprendizaje:

Sienten que forman parte de un equipo en el que todos son importantes

Tanto si son capaces de tocar piezas difíciles como si apenas pueden tocar una nota con el instrumento, los niños sienten que forman parte del fenómeno musical. Los más pequeños se encuentran arropados por los mayores y los más avanzados utilizan todo su potencial para ayudar a los pequeños.

Disfrutan del escenario

Cuando los niños empiezan desde pequeños a dar conciertos en grupo, estar sobre el escenario se convierte en algo natural. Les va dando la confianza necesaria para en un futuro poder dar conciertos a solo y cada vez más largos. Aunque depende mucho de su personalidad, la mayoría de nuestros alumnos están deseando actuar y conciben el concierto como algo positivo y natural para ellos, recompensa a su esfuerzo y práctica del instrumento.

Entienden que lo más bonito de aprender música es poder compartirla

El aprendizaje de las clases colectivas tiene una guinda final perfecta en los conciertos, pues allí no sólo comparten la música con sus compañeros, sino también con el público, al que se la ofrecen juntos.

A partir del momento en que los alumnos pueden tocar alguna canción completa con todas las notas y la tienen bien interiorizada, también empiezan a dar conciertos individuales. Gracias a que hemos generado el hábito de subirse al escenario con el grupo y a haber visto a los más mayores dar sus conciertos a solo, este paso se da de manera natural. Es importante no forzar a los niños a hacerlo y por ello siempre les ofrecemos la posibilidad de tocar con ellos para que se sientan arropados por la profesora o sus padres.

Desarrollan responsabilidad y autonomía

Cada concierto supone un objetivo concreto que empezamos a preparar con tiempo e ilusión. Los niños se preparan tocando su pieza de concierto en clase para los compañeros, en casa para su familia, etc., practicando su intervención en lugares que les son muy familiares. Aprenden a ser los protagonistas por un día y disfrutar de ello.

Los conciertos son los momentos mágicos para los que todos los músicos se preparan. Son el fin último del trabajo, la recompensa al tiempo dedicado a cada pieza. Poder hacer partícipes a los niños de esa magia es enseñarles el verdadero motivo por el que la música es tan especial.

¿Cómo ayuda la música al desarrollo de la psicomotricidad?


El término psicomotricidad hace referencia al dominio del cuerpo. Si hablamos de acciones más generales que se realizan con todo el cuerpo, estamos ante la psicomotricidad gruesa. Cuando  hablamos de acciones más precisas con coordinación de las manos y la vista, nos encontramos ante la psicomotricidad fina.

En la clase de música trabajamos ambas, asociando el movimiento del cuerpo a la música y realizando movimientos cada vez más complejos de forma que los niños vayan adquiriendo destreza manual progresivamente (también importante en el futuro aprendizaje del instrumento)  y teniendo un mayor dominio sobre su cuerpo en todos los aspectos.

Psicomotricidad gruesa

 Es la más empleada en las clases de bebés en un principio, puesto que los primeros pasos que deben dar los pequeños en este ámbito estará relacionado con el control de su cuerpo a nivel más general. Se trabaja el movimiento de los brazos y las piernas, el equilibrio, la coordinación de las extremidades, etc. También se trabaja la manipulación de objetos como pañuelos, globos, pelotas, vasos de plástico, plumas y por supuesto la pequeña percusión.

Todo esto lo asociamos a patrones rítmicos, melodías, velocidad de la música o estructura de la misma. De esta manera, además de la psicomotricidad, trabajamos el desarrollo del oído . Los niños disfrutan asociando música a movimiento, aprendiendo sin darse cuenta a distinguir patrones y estructuras musicales mientras su destreza aumenta.

Psicomotricidad fina

Se refiere a todas las actividades o acciones que realizamos específicamente con las manos. Es fundamental en el desarrollo de las habilidades, por lo que es importante estimularla. En nuestras clases realizamos una gran cantidad de juegos de dedos. En una primera fase, cuando los bebés son muy pequeños, estos juegos de dedos los realiza el padre o madre para que el niño lo vea y quiera imitarlo. Es una primera etapa de la estimulación que le llevará a la fase siguiente en la que empezará a poder realizar esos movimientos por sí mismo. Poco a poco los niños serán capaces de ir independizando los dedos y de realizar movimientos más complejos, precisos y veloces, que se verán especialmente reforzados con las clases de instrumento.

Música y psicomotricidad conforman un tandem perfecto con la diversión como base, de forma que los niños aprenden disfrutando semana tras semana, reforzando los movimientos y destrezas que tan útiles les serán en su día a día.

Cinco razones para aprender música con el método Suzuki

 

Hoy en día nos rodean múltiples metodologías educativas  y a menudo surgen dudas acerca de si serán adecuadas o qué nos ofrecen exactamente.

El método Suzuki surgió para la enseñanza de un instrumento musical, pensado para iniciarse desde una edad temprana y a través del cual se desarrolla al máximo el potencial de cada niño.

Os dejamos las que son, para nosotras, las cinco razones principales para iniciar a los niños en el aprendizaje instrumental a través del Método Suzuki:

1.Se adapta a cada niño

Se trata de una metodología personalizada, que se fundamenta sobre la idea de que el talento no es innato sino que se desarrolla. Debemos potenciar al máximo el talento de cada niño, teniendo en cuenta sus necesidades y respetando su ritmo de aprendizaje.

2. Forma parte del núcleo familiar

 Suzuki considera que somos producto de nuestro entorno, siendo el familiar el más inmediato y el que más influencia ejerce sobre los pequeños. En las clases Suzuki el padre o madre está presente, aprendiendo el instrumento junto al niño para luego poder ser el ayudante durante la práctica en casa.

3. Es un aprendizaje natural basado en la lengua materna

 Suzuki afirma que si todos los niños pueden aprender su lengua madre, también pueden aprender a tocar un instrumento si lo hacen de la misma manera. Esto significa que al igual que aprendemos primero a hablar y después a leer, con el instrumento ocurrirá lo mismo. En un inicio se enseña al niño a tocar a través de la escucha, imitación, repetición y memoria para posteriormente enseñarle a descifrar el lenguaje escrito de la música y que pueda leer partituras.

4. Fomenta el desarrollo social

 Los niños tienen una clase individual y otra colectiva cada semana. Esto implica que desde un inicio los niños comparten la música y el aprendizaje de su instrumento con otros alumnos. Esto es fundamental ya que no sólo es un punto de motivación importante, sino también un espacio en el que los alumnos aprenden a formar parte de un grupo, así como a compartir, respetar y colaborar.

5. Favorece el crecimiento personal

Suzuki habla constantemente de educar a los niños con amor y respeto. Para él la música será una futura herramienta muy valiosa si enseñamos a los niños a amarla y a crecer emocionalmente junto a ella desde un primer momento.

El objetivo de Suzuki no fue sólo enseñar música, sino a través de ella llegar a educar a la persona: “el carácter primero y después la música.” Su sueño fue que, a través de la música, pudiéramos crear un mundo mejor.

Si queréis ver cómo hacemos todo esto, podéis venir a conocernos y probar una clase sin compromiso en El Acebuche de Rivas  (Plaza Joan Miró, 6. Rivas-Vaciamadrid), reservando en info@littlemusicalsteps.com. ¡Os esperamos!

¿Cuál es el instrumento adecuado para mi hijo?

Esta pregunta ronda la cabeza de muchos padres que van a apuntar a sus hijos a música. Especialmente la de aquellos cuyo hijo no se decanta por un instrumento concreto. «¿Cuál es el mejor instrumento?» La realidad es que no hay instrumentos mejores y peores. Todos los niños pueden aprender a tocar un instrumento, sea el que sea, acompañados de unos padres dispuestos a descubrirle un mundo musical enriquecedor. Es una decisión personal en la que sin duda influye que el instrumento tenga cierto atractivo también para el padre, puesto que en la fase inicial del método Suzuki los padres aprenden a tocarlo junto a sus hijos.

¿y si el instrumento que elijo no es el que hubiera elegido él?

Un padre espera que su hijo tenga clara preferencia por un instrumento y lo cierto es que salvo excepciones contadas y en función del contacto que haya tenido con el mundo musical hasta entonces, esto no tiene por qué ser así. Desde la elección del colegio hasta la comida de cada día, los padres toman decisiones constantemente sobre el futuro de sus hijos y esto ocurre también con su educación musical en la que llega un momento en el que tenemos que decidirnos por un instrumento.

A veces, el niño empieza a mostrar predilección por otro instrumento tras unos años de aprendizaje de un primero. Eso no significa que hayamos perdido el tiempo o que tomáramos una decisión equivocada, ya que lo que se adquiere con un instrumento es válido a la hora de empezar otro. La técnica será diferente, pero el desarrollo del oído, la memoria, la psicomotricidad y en definitiva las estructuras y funcionamiento de la música  ya han echado raíces y el aprendizaje de otro instrumento será mucho más fácil y rápido.

¿En función a que parámetros puedo elegir instrumento?

Lo primero que recomendamos antes de embarcarse en la elección de un instrumento es asistir a clases de iniciación musical si el niño tiene todavía dos o tres años, para que experimenten con la música. Además podemos llevar a nuestros hijos a eventos musicales. Hoy en día hay numerosos espectáculos musicales infantiles que nos presentan diversos instrumentos. Es más fácil que puedan decantarse si los ven en vivo y en directo y escuchan sus diferentes timbres.

Podemos tener también en cuenta dos aspectos de logística que pueden influir en nuestra elección: los horarios de las clases individual y grupal y el precio del instrumento.

Y por último pero no menos importante, hay que pensar también en el profesor. Cuando los niños son tan pequeños, es fundamental encontrar un profesor que sepa hacerles disfrutar y que les transmita pasión por su instrumento. Para eso, lo mejor es probar una clase con esa persona para conocer su forma de enseñar.

Si queréis, podéis leer sobre algunas ventajas y virtudes de la flauta travesera, nuestro instrumento, y además podéis venir a probar una clase gratuita para conocernos.