La práctica musical en casa

16-10-2016-9-06-15

Todo aprendizaje musical, ya sea general o de un instrumento en concreto,  requiere práctica y entrenamiento constante, al igual que ocurre con muchas otras disciplinas artísticas y la mayoría de deportes, por ejemplo.

Cuanto más se experimenta la música en casa, incluyendo este hábito en la rutina del niño de forma regular, mejor aprenden en las clases o avanzan en la técnica del instrumento: este lenguaje comienza a ser importante en su vida y se convierte en algo más que compartir en el ámbito familiar.

En las clases de bebés la práctica de los juegos musicales en casa, el escuchar audiciones y cantar canciones en la rutina harán que se absorba mucho más todo lo que exponemos al niño (ya estemos cantando con propósitos musicales o usándolo para hacer más ameno el momento de la comida, de vestirse o de ir a dormir…). Además, en el aprendizaje de un instrumento, la práctica en casa es casi imprescindible para que el alumno avance, ya que tiene que asimilar la técnica del instrumento gradualmente, a través de los juegos, ejercicios y actividades.

Estas son algunas ideas importantes sobre nuestro enfoque de la práctica musical en familia, con niños en edades tempranas:

  • Es responsabilidad únicamente del adulto.

Por lo general, cuando un niño se inicia en las clases de música, empieza a cantar espontáneamente en su día a día o, si tiene su instrumento a mano, jugará un poco con él. Sin embargo, es el adulto el que debe proponer el hábito de la práctica regular y guiada por el consejo del profesor.

  • Debe ser regular y constante.

A poder ser, practicaremos todos o casi todos los días un poquito, e intentaremos hacerlo aproximadamente a la misma hora (por ejemplo, por la tarde después de la merienda). ¡Las rutinas son muy importantes en la vida de los niños y la música debe entrar también en ese esquema!

  • Actitud siempre positiva y de juego.

El adulto debe estar siempre atento al ánimo del niño, ya que, al igual que los mayores, ellos pueden tener un mejor o peor día… Asumirán con gusto la nueva rutina siempre que nos adaptemos a ellos y cuidando de que la estimulación sea siempre positiva (el simple hecho de estar practicando ya es algo que celebrar y realzaremos todo lo que el peque haga bien, aunque no sea nuevo).

  • Acertar en qué y cómo practicar.

En las clases de Suzuki es importante apuntar lo que el profesor nos ha dicho que se debe practicar y cómo hacerlo. Muchas veces un acercamiento distinto al adecuado o una meta demasiado difícil pueden desmotivar al pequeño.

  • Adecuarnos a su capacidad de concentración.

La práctica no debe suponer más de cinco o diez minutos cuando el niño es pequeño y va aumentando según su desarrollo y madurez. Ellos mismos lo van pidiendo y demostrando, así que no debemos tener miedo en los primeros años a limitarnos a cantar una canción o montar y desmontar el instrumento para ese ratito.

La práctica musical en casa es siempre un gran momento para compartir este aprendizaje tan bonito con los niños, acompañarles en todos sus pequeños logros y formar parte de su desarrollo. Aunque trabajemos en crear esa rutina, podemos reforzarlo constantemente: ¡a cantar en la ducha, en el coche o en el parque!

Su primer «Laura»

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En nuestros grupos de Baby Music son muchos los niños que comienzan a venir a clase sin todavía hablar. Por ello, el momento en que empiezan a decir sus primeras palabras es también emocionante y enternecedor para nosotras las profes. Morimos de amor el día en que llegan al aula, nos miran y sonríen como siempre, pero de repente, al acercarse, nos regalan el primer «lala», o sea, ¡el primer «Laura»! Y esque así nos llamamos nosotras dos…

Es un momento mágico, en el que aguantamos las lágrimas de emoción y nos damos cuenta de que somos personas importantes para el niño, quien poco a poco, clase tras clase, se ha ido acercando más a nosotras física y psicológicamente, hasta sentirse totalmente agusto en el aula y hacernos parte de su círculo de personas más queridas y cercanas. Nuestra actividad y la música en general son muy importantes en su vida y le están haciendo crecer, ayudándole también en su desarrollo personal y afectivo.

En muchos casos, también con los alumnos más mayores, se crea un vínculo cercano más alla del de profesor–familia en la clase, por el hecho de trasladar la música desde el aula a la rutina familiar, convirtiéndola en algo personal y especial.

Nosotras enseñamos, pero también aprendemos todos los días de los pequeños, que, como todos sabemos, tienen una imaginación sin límites y son absolutamente sinceros: nos transmiten lo que les gusta o lo que no, lo que entienden mejor o peor o cuáles son sus momentos favoritos de la clase… Y, por supuesto, aprendemos de los papás y mamás, que también nos transmitís ese feedback de lo que pasa el resto de los días de la semana en que no nos vemos, de lo que os cuentan los niños, y vuestra propia ilusión por nuestras clases.

¡Todo esto da sentido a nuestro trabajo, nos ilusiona y motiva y nos carga las pilas para seguir aprendiendo, mejorando y haciendo más música!

La audición en la clase de Baby Music

 

La audición es un momento muy importante en la clase de música de bebés: nos dejamos llevar por lo que nuestros oídos captan y abrimos nuestra imaginación a la magia de la música, creando en grupo, entre grandes y pequeños, una representación de lo que escuchamos juntos.

Es una de las partes de la clase que es diferente en cada sesión (todas nuestras clases de estimulación musical tienen una estructura fija, en la cual hay partes que se repiten y otras que modificamos cada semana), no suele durar más de dos o tres minutos y cada pieza que usamos tiene un objetivo o idea básica que perseguimos con nuestra interacción: seguir el ritmo, dibujar las melodías, transportarnos a otra época con el estilo, representar a un personaje…

Puede ser tanto música clásica como de otros estilos: nosotras ponemos música clásica mayoritariamente ya que a los niños les encanta, les produce muchas cosas positivas por su armonía, estructura y timbres y la echamos un poco en falta en nuestros entornos públicos… También puede ser de muy distinto carácter, vivo, tranquilo, cambiante… ¡estaremos muy atentos e interactuaremos según lo que escuchemos!.

Si la música es viva, podemos divertirnos con percusión corporal, objetos que suenen al ritmo o que tengan movimientos exactos y rítmicos, coreografías simples… Un buen ejemplo de este tipo de audición es la conocida y querida Marcha Radetzky de Strauss.

Si la música es relajada, sin embargo, la representamos con movimientos más lentos y menos definidos, para lo que nos ayudan objetos como plumas o pañuelos, dibujando formas imaginarias y libres… ¡La música de las Gymnopédies de Satie es perfecta para dejarse llevar de esta manera!

En casi todas las audiciones, además de proponer temática y liderar los movimientos, dejamos también algunos momentos libres en los que el niño y el adulto improvisan según lo que la música les sugiere en ese momento.

Para ayudar a su interacción, presentamos a los niños la temática o nombre de la audición antes de empezar: si vamos a representar animales, recordamos antes cómo emiten sus sonidos; si estamos teatralizando la estación del año en que nos encontramos, recordamos sensaciones; si nos vamos de viaje a algún lugar en especial… ¡preparamos una maleta!.

Los papás pueden repetirlo y profundizar en casa tanto como quieran, ya que siempre nombramos el autor y título de la obra y pueden encontrarlo con facilidad para disfrutar de ello también fuera de clase. «¿A qué música jugamos hoy?»

Flautas para todos los gustos y tamaños

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El instrumento es algo muy valioso y especial para todo músico y la llegada de uno nuevo a nuestras manos supone siempre motivación e ilusión, tanto si es el primer instrumento musical que tenemos como si se trata de los que se van sucediendo durante nuestro aprendizaje y desarrollo musical.

¿Qué instrumentos utilizamos durante el aprendizaje de Flauta Suzuki? De menor a mayor tamaño y valor, empezamos por las flautas más sencillas y terminamos con la flauta travesera convencional:

Pífanos:

Algunas personas nos preguntan «¿pueden tocar los niños tan pequeños una flauta travesera?». La respuesta es sí, ¡adaptada a su tamaño! Nuestra primera flauta se llama pífano: es pequeña, del tamaño de un piccolo aproximadamente (unos 30 cm), y de plástico, de manera que no pesa ni se rompe con caídas. La podemos limpiar con facilidad (a veces llegamos a clase terminando la merienda…) y a los peques les encanta decorarla y personalizarla con las pegatinas que se van ganando en clase o en casa.

Flautas junior:

Según los niños van creciendo y aprendiendo a tocar el instrumento, pueden pasar a una de estas flautas: tienen un tamaño intermedio entre el pífano y la flauta de adulto, la embocadura es curva para que les lleguen las manos a su sitio con los brazos relajados y traen colocados unos salientes en las llaves para adaptarse al tamaño de sus dedos.

Las hay de metal o de plástico y suponen un incremento enorme de motivación en los niños ya que pasan a la «flauta de mayores», siendo ahora responsables de su cuidado (esta flauta la limpiamos después de cada uso, la guardamos correctamente en su estuche, etc.). Lo reciben como un gran regalo y recompensa a todo el trabajo y práctica con el pífano.

Flautas de adulto:

Se trata del tamaño final del instrumento y los alumnos las adquieren cuando ya les llegan los brazos para poder tocar con la embocadura recta y los dedos alcanzan las llaves normales. En este momento los niños se sienten mayores, maduros, ¡flautistas profesionales! También hay papás y mamás que se animan a comprarse la suya propia, para tocar con los peques o simplemente para seguir aprendiendo después de lo que han conseguido con los primeros pasos (hacerse a la embocadura, tocar las primeras canciones…).

Un instrumento musical es sin duda uno de los mejores regalos que se pueden hacer en estas fechas, tanto a pequeños como a mayores. Supone diversión, enriquecimiento personal, desarrollo de nuestra creatividad… Nos anima a compartir algo tan especial como la música con quien más queremos.