¡Qué ilusión, otro año nuevo por delante! Empezamos con muchas ganas y, como siempre en estas fechas, traemos una lista de buenos propósitos a realizar. Hoy queremos compartir con vosotros los que pueden ser nuestros buenos propósitos musicales:
- Escuchar más música: si haces música con tu bebé puedes añadir más repertorio a su rutina, tanto en audiciones como en canciones que cantes y bailes con él. ¿Ya tenéis una canción para dormir? Pongámosle entonces música al momento del baño o a la hora de comer, será más divertido e interesante para él, participará más y aumentará vuestro vínculo. Si haces Método Suzuki con tu hijo o hija, también tienes la gran oportunidad de mejorar la escucha del CD con las piezas del repertorio de vuestro instrumento, para crear más interés por su parte, mejorar el aprendizaje de las piezas, el oído, la memoria, etc.
- Asistir a conciertos o actividades musicales: este propósito nos lo podemos plantear para pequeños y mayores, con conciertos ya sea de Rock, de música clásica o de cualquier estilo y formato… ¡Y esque asistir a estos eventos no tiene más que ventajas! Disfrutaremos del arte, aprenderemos de los intérpretes y compartiremos la experiencia con todo el resto del público, volveremos a casa con ganas de aprender más música y nutridos de motivación.
- Conseguir una práctica regular: en el caso de los bebés, podemos hacerlo repitiendo los juegos y canciones de clase, encontrando momentos y rutinas del peque que puedan realizarse siempre con música. Si aprendemos flauta, podemos mejorar la práctica buscando una rutina si aún no la teníamos: intentando practicar siempre a la misma hora (es recomendable hacerlo después de que el niño haya comido, por ejemplo, después de la merienda), creando un hábito de poca duración pero cuya importancia reside en la constancia, y que debe ser algo positivo y divertido para el alumno. Si esto ya lo habíamos conseguido, ¡el objetivo puede ser aumentar otro día a la semana esta práctica!
- Cuidar mejor del instrumento: este comienzo de año también puede ser un buen momento para acostumbrarnos a cuidar bien nuestra instrumento. En el caso de la flauta, limpiándola debidamente por dentro y fuera al final de cada clase o momento de práctica, manteniéndola estable siempre que sea posible sin cambios bruscos de temperatura ni humedad, evitando que reciba golpes, etc.
- Desarrollar más paciencia y confianza en nuestro aprendizaje musical: como siempre os decimos, este proceso es similar al de plantar una semilla, que regamos y cuidamos durante tiempo hasta que nace, crece, da sus frutos y se convierte en un hermoso árbol.