Tres juegos para la duración del sonido

Tres juegos para la duración del sonido
Como ya sabréis, la flauta travesera es un instrumento de viento y como todos los instrumentos de viento… ¡Necesita aire para poder sonar! Aunque dicho así parece muy sencillo, hay muchos parámetros que tenemos que controlar: la posición de los labios y la embocadura, la dirección del aire así como la velocidad, cantidad y duración del mismo. Por eso, hoy os queremos proponer tres juegos para trabajar la duración del sonido (a través del soplido). Esto no lo hacemos con los alumnos que están empezando con el instrumento sino un poco más adelante, cuando ya controlan varias canciones. Cuando empiezan, es mucho más sencillo emitir sonidos cortos y una vez que los dominan, podremos trabajar con la respiración y la capacidad pulmonar para mantener sonidos más largos. Esto nos permitirá ir pasito a pasito hasta que lleguemos a realizar ligaduras y  frases musicales enteras sin respirar.

En los tres juegos que os contamos a continuación, vamos a trabajar visualmente con la duración de nuestro soplido. Ahora veréis que unos son más precisos que otros, pero todos tienen como objetivo ayudarles a entender que el aire que se convertirá en sonido dentro de su flauta, puede ser más largo o más corto y podrán experimentar con esa idea desde el juego.

CONVIRTIENDO EL AIRE EN LANA

Para ello solo necesitamos un ovillo de lana y unas tijeras. Colocamos el ovillo delante de ellos y todo el tiempo que están soplando vamos desenrollando el ovillo. Cuando dejen de soplar, paramos y cortamos el hilo que haya salido del ovillo. El objetivo es intentar conseguir que las siguientes veces que soplemos vayamos consiguiendo hilos más largos. Podemos preguntarles cuál creen que ha sido el soplido más largo y luego poner todos los hilos y ver si han acertado para ayudarles a tomar conciencia de la propia duración de su soplido.

Este juego también puede hacerse mientras soplan una nota con la flauta. Normalmente les pedimos que hagan tres soplidos para empezar con un objetivo que no sea muy exigente. Además así se pueden llevar los hilos a casa y hacer una «trenza de soplidos» 😉

CARRERAS DE SONIDO

Para este juego necesitamos unos coches de juguete y un circuito que podemos hacer pegando cinta de pintor en el suelo. Podemos crear un circuito distinto cada vez. El juego consiste en soplar una nota con la flauta y mientras dure el sonido se moverá el coche. Una vez pare el sonido se parará el coche. Cambiamos al otro jugador que hará lo mismo. Así vamos alternando hasta que uno de los coches llegue a meta. También puede hacerse con un solo coche y el objetivo será contar en cuántos soplidos podemos hacer el circuito e intentar que cada vez que hagamos el circuito lo hagamos con menos cantidad de soplidos.

CRONÓMETRO DE NOTAS

En este juego sólo nos hace falta un cronómetro como el que tienen los móviles. Cuando empieza el sonido empezamos a cronometrar hasta que pare. De una semana a otra podemos entrenar a ver si vamos progresivamente aumentando la duración de las distintas notas. Nosotras empezamos haciendo este juego con el si grave, que es la primera nota que aprenden con la flauta.

Estos son algunos de los juegos que hacemos en clase y que os animamos a hacer también en casa. También podéis crear vuestros propios juegos. ¡Imaginación al poder! Y vosotr@s… ¿qué otros juegos hacéis para trabajar la duración del sonido?

Un material…¡muchos juegos!

En nuestras clases utilizamos materiales muy variados para trabajar distintos aspectos musicales con los peques. Desde las estructuras musicales, a la psicomotricidad, pasando por la escucha y el ritmo, nuestros alumnos aprenden de forma divertida utilizando el juego como vehículo de aprendizaje. Hoy queremos compartir con vosotros distintas actividades que hacemos utilizando este material de Flying Tiger…¡unos simpáticos huevos de madera! Originalmente este es un juego pensado para trabajar el equilibrio a través de la destreza manual, pero nosotras le hemos buscado muchos más usos que nos permitan usarlos en nuestras clases de música. Hoy os contamos dos de ellas:

HUEVITOS DORMILONES

Este juego es una variante del conocido  juego de las estatuas. Cada niño tiene su huevo apoyado en su soporte de colores que le hace de cama para dormir. Todos los huevitos empiezan dormidos porque hay silencio alrededor. Cuando la música empieza a sonar se despiertan y empiezan a bailar. Cada uno mueve su huevo al compás de la música y cuando ésta para lo tiene que poner a dormir hasta que se reanude. Podemos poner distintos tipos de música para que los peques investiguen las distintas posibilidades de movimiento que tienen estos objetos.

¿Qué trabajamos con este juego?

  • Psicomotricidad (movimientos de brazos y manipulación de objetos con las manos)
  • Escucha activa (movimiento corporal unido a la escucha)
  • Asociación de música y emoción (distintos movimientos en función a la música que escuchamos)
  • Concentración (reacción ante la presencia o ausencia de música)
  • Creatividad (exploración libre de los distintos movimientos que pueden hacerse con los objetos)

¿A quién va dirigido?

Este juego está pensado para hacer en las clases de Baby Music con los grupos de niños que oscilen entre dos y tres años. También se puede realizar con niños más mayores, animándoles a que encuentren distintos movimientos…¡os sorprenderá la cantidad de cosas que se les ocurren!

LA GRANJA

Colocamos todos los huevos en fila a nuestro lado y mirando hacia los niños. Les decimos que estos cinco huevos viven en nuestra granja, pero son muy aventureros y están deseando irse a la suya. A los huevitos les gusta mucho el sonido de la flauta y este les va a guiar hasta ellos. Con este juego podemos trabajar aspectos muy distintos con el instrumento dependiendo de lo que queramos reforzar con el alumno en ese momento. Es un juego de repetición que nos sirve para consolidar distintas habilidades. Podemos decir que para pasar tienen que escuchar la nota «si» con un sonido sin aire, tocar un trozo de una canción con una coordinación de dedos precisa o incluso una frase de una canción realizada en un único soplido. ¡El objetivo lo marcamos nosotros en función de lo que queramos conseguir!

¿Qué trabajamos con este juego?

  • Concentración (focalizando la atención en el aspecto indicado para conseguir que el huevo pase a su granja)
  • Autoestima (fijando un objetivo que supone un reto abarcable para el alumno, por lo que se siente bien al ver que va consiguiendo que los huevos vayan a su granja y cada vez con más facilidad)
  • Consolidación de habilidades (repetir nos permite que lo que estamos trabajando se fije en el sistema)

¿A quién va dirigido?

Este juego está pensado para hacer en las clases individuales de Flute&Fun con niños a partir de los tres años. Es un juego que ellos mismos nos piden repetir en distintas clases y que puede adaptarse a lo que estamos trabajando.

Y vosotros…¿cómo usaríais este material en clase o en casa?

 

Preparando con ilusión nuestro concierto

Tocar en concierto es una parte muy importante del aprendizaje musical. Es el momento en el que compartimos con los demás todo lo que hemos aprendido y desarrollado a través de nuestra dedicación y esfuerzo.

Los conciertos nos hacen sentir bien, aumentan nuestra autoestima y sirven como motor de nuestra motivación. Por ello, en Little Musical Steps organizamos tres conciertos a lo largo del curso, uno al final de cada trimestre.

 

Tocar en público es una parte muy importante del aprendizaje musical. Por ello, en nuestra escuela organizamos tres conciertos a lo largo del curso.

 

En los conciertos incluimos una parte de solos y otra en la que tocamos todos en conjunto. En la primera parte intervienen los alumnos que ya tienen preparada una pieza de nuestro repertorio para poder tocarla ante los demás. La tocan con acompañamiento de piano a solo o en pequeños grupos de tres o cuatro alumnos.

 

Uno de nuestros alumnos más avanzados está preparando la última pieza del Libro II para nuestro próximo concierto de Navidad del 16 de diciembre en Rivas. Se trata de “On Wings of Song” de Félix Mendelssohn. ¡Mirad que buen trabajo que está haciendo con ella!

 

 

 

En la parte de grupo tocamos piezas en las que todos los alumnos puedan participar. Mientras los más avanzados se ocupan de las melodías o los acompañamientos más virtuosísticos, los pequeñines tienen también un papel fundamental.

 

Os enseñamos cómo empezamos a ensayar Jingle Bells hace unas semanas. Los peques que todavía saben tocar solamente algunas notas tienen un cometido especial… Van a ser los encargados del “¡hey!” al final de cada estrofa.

 

 

Os invitamos a que vengáis a vernos a nuestro Concierto de Navidad. Será el próximo sábado 16 de diciembre a las 17.30 a BHIMA SANGHA (Av. Deporte s/n, Rivas Vaciamadrid) https://goo.gl/maps/es5m2joUN8S2 

 

Cinco beneficios de tocar en público

Regalar la música al público es una de las mejores sensaciones que puede experimentar un músico. Nosotras lo practicamos con nuestros alumnos desde el primer día en que empiezan a tocar el instrumento, con conciertos a solo y en conjunto. Participamos todos juntos en un gran grupo, tanto los que llevan años aprendiendo a tocar la Flauta Travesera como aquellos que acaban de iniciarse.

Además de pasarlo fenomenal, hacer conciertos nos aporta mucho a nivel personal. Os  contamos cinco beneficios de tocar música en público:

1. mejora la autoestima

A través de la música nos expresamos, mostrando a los demás aquello que nos gusta y somos capaces de hacer. ¡Lograr nuestras metas y compartirlo con nuestra familia y amigos nos hace sentir muy bien!

2. refuerza el grupo

Todas las semanas hacemos nuestra clase grupal, donde tocamos con los compañeros y resto de familias. Ensayamos y preparamos juntos los conciertos, sintiéndonos parte fundamental de un equipo y viviendo esas emociones con nuestros compañeros.

3. ejercita la comunicación

El hecho de ejecutar una pieza musical en un escenario frente a los demás nos entrena para cualquier otro tipo de comunicación en público. Cada concierto que hacemos ganamos en control y confianza en ese tipo de situaciones, como actuar o hablar en público.

4. MArca objetivos

Tener una agenda de conciertos regulares nos ayuda a planificar mejor nuestra práctica y esfuerzo. Desde muy pequeños, los niños se organizan a largo plazo, pensando en la pieza que les gustaría preparar para el siguiente concierto o en aquello que han escuchado tocar a un compañero y podrán aprender cuando hayan avanzado.

5. COMPLETA EL APRENDIZAJE

Gracias a los conciertos, los alumnos entienden que lo mejor de la música es compartirla con los demás. Es todo un lujo poder disfrutar tocando y hacer disfrutar al que te escucha al mismo tiempo. Es una de las mejores recompensas al esfuerzo y dedicación de nuestra práctica y estudio.

Nosotras planteamos estos eventos siempre desde un enfoque positivo, respetando a cada niño y su deseo de tocar o de mantenerse en el público para escuchar y aplaudir a los demás. Organizamos al menos tres conciertos a lo largo del curso, además de encuentros nacionales y otras actividades en las que siempre se toca también en público. ¡Os invitamos al próximo!

Repetir o no repetir, esa es la cuestión

Repetir, repetir y repetir. ¡A los niños les encanta! Pueden escuchar un cuento mil veces y seguirán queriendo escucharlo otras mil veces más. Lo mismo les pasa con los juegos que van aprendiendo y es que para ellos repetir no es aburrido, sino todo lo contrario. Esto es muy importante para el aprendizaje instrumental y hoy queremos hablaros sobre ello.

¿Por qué repetimos?

La metodología Suzuki basa el enseñanza instrumental en el aprendizaje de la lengua materna. Después de haber escuchado una palabra en numerosas ocasiones, los niños empiezan a pronunciarla y cuanto más la repiten, mejor es el resultado. Cuando ya saben decirla correctamente no dejan de utilizarla y esta pasa a formar parte de su vocabulario y la dirán muchas veces a lo largo de su vida.

Con la música ocurre exactamente lo mismo.  Por ello, las piezas de nuestro repertorio no dejamos de repasarlas aunque ya estemos tocando piezas más complicadas. Al igual que tenemos un amplio repertorio de palabras y frases, tendremos un amplio repertorio de notas y piezas musicales que interpretaremos con más maestría cuanto más las repitamos.

¿Cuándo repetimos?

Para practicar, es importante repetir algo desde que conseguimos hacerlo bien y no sólo hasta que nos sale bien. Si repetimos un pasaje difícil de una pieza hasta que nos salga, es posible que lo hayamos hecho diez veces mal y una sola bien. Nuestro cerebro fija los aciertos, pero también los errores. Por eso cuando conseguimos hacerlo satisfactoriamente es cuando debemos repetirlo para poder interiorizarlo. Necesitamos repetir un mayor número de veces aquello que es correcto, para que nuestro cerebro lo seleccione frente a lo incorrecto en el momento en que realicemos esa acción o pensamiento determinados.

Juegos para repetir

Los niños adoran repetir todo aquello que les gusta, por eso es importante plantear la repetición como un juego que querrán hacer una y otra vez. Os dejamos dos ejemplos de repetición que usamos en nuestras clases:

«El dado»

Les encanta y podemos utilizarlo para trabajar muchos aspectos a distintos niveles. Tiramos el dado y este nos podrá indicar el número de veces que tocamos la nota “fa”, la primera parte de la canción “Estrellita” o la escala de Re Mayor, por ejemplo.

«El ábaco»

Para conseguir mover una de las bolitas del ábaco, los niños tienen que tocar correctamente lo que estemos trabajando (un pasaje con buena emisión de sonido, una canción con una buena postura, etc.) Si lo consiguen, esa bolita pasa a estar en su lado. El objetivo es que obtengan una fila de bolitas. ¡Este juego les ayuda mucho a concentrarse en su buena interpretación!

 

De Baby Music a Flauta Suzuki, nuestros alumnos crecen de forma natural

El paso de las clases de Baby Music a las de Flauta Suzuki se produce de forma natural. Ocurre según el niño crece y madura personal y musicalmente, en torno a los tres años de edad. A nosotras nos llena de orgullo y de alegría vivirlo con las familias… Este curso muchos de nuestros pequeños alumnos han dado este salto, tan natural y a la vez tan importante en su crecimiento personal y musical.

Como ya os hemos contado en otras ocasiones, nunca es demasiado pronto para empezar a estimular musicalmente a nuestros peques. El oído es nuestro sentido más desarrollado al nacer y la música nos ayuda a relacionarnos con nuestro entorno y a aprender en un ambiente positivo y amable.

ya tienen su base musical,¡AÑADIMOS LA FLAUTA!

Por ello, los alumnos que han participado en las clases de Baby Music tienen el idioma de la música incorporado en su vida. Ya están familiarizados con la flauta travesera, conocen y cantan las canciones del repertorio, tienen su oído entrenado para entender y representar la música que escuchan o para repetir y ejecutar patrones rítmicos, han desarrollado su psicomotricidad fina como para controlar con independencia sus manos y sus dedos, están acostumbrados a respetar los turnos en clase y a compartir la música con su familia…

es un cambio progresivo

Estos pequeños músicos están deseando aprender más. De forma natural quieren y piden a sus papás tocar un instrumento musical, como la flauta travesera. El cambio de las clases de bebés a las de Método Suzuki es progresivo: utilizamos las mismas piezas, canciones, ritmos o rimas que ya conocen y ampliamos objetivos. Se trata ahora de llevar al instrumento esas habilidades que venimos trabajando desde hace tiempo. Por ejemplo, ponerle una segunda letra a las canciones de clase: ¡sus notas musicales!

nacen nuevos objetivos musicales

La clase de grupo se mantiene, pero añadimos el tiempo de la clase individual para desarrollar la técnica del instrumento. Hasta ahora sólo habían tocado los instrumentos de percusión de clase o alguno que tuvieran en casa… Les hace una Ilusión enorme pasar a tener su propio instrumento musical y aprenden a cuidar su flauta, la decoran… Y lo que es más importante: comienzan a imaginar sus siguientes metas musicales, como ¡tocar en concierto con sus compañeros!

 

 

 

Concierto de Navidad: música e ilusión

La Navidad se acerca y como no podía ser de otra manera… ¡Lo hemos celebrado con música! Durante el último mes hemos estado preparando el concierto de Navidad. Hemos ensayado en las clases y en casa, haciendo pruebas de concierto para los familiares y amigos. Mayores y pequeños pusieron su granito de arena para que la tarde del pasado viernes estuviera llena de ilusión.

Nuestros alumnos se vistieron para la ocasión. Entre los pequeños flautistas hubo elfos, angelitos, muñecos de nieve, pastorcillos y alguna que otra Mamá Noel con trenzas. Decoramos el escenario con campanas, cenefas y luces y abrimos el camerino de artistas. ¡Qué emoción!

¿Qué piezas escuchamos?

El concierto empezó con una parte de solos en la que varios alumnos, acompañados por Laura al piano, pudieron tocar para sus compañeros y para el público la última canción que habían estado practicando. Pudimos escuchar «La tía Rhody», «Cuco», «Chinito», «Moscas de Fuego» e incluso piezas como «Melancolic Fantasy» de Reichert o el famoso «Minuet» de Bach. Familiares y amigos aplaudieron a nuestros flautistas, que salieron con mucha decisión, ganas y concentración al escenario. ¡Son unos artistas!

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Después de los solos, la actuación continuó con varias piezas para grupo de flautas. Nuestros alumnos más mayores se atrevieron a sorprender al público. Interpretaron Star Wars y varios temas navideños como el Mesías de Haendel  y unos villancicos con mucho ritmo que sonaron sobre la famosa canción Twinkle, Twinkle, Little Star. Parece que fue ayer cuando empezaron a dar sus primeros pasitos con la flauta y ahora son ya el ejemplo de muchos pequeños que les miran y escuchan con admiración. ¡No podemos estar más orgullosas!

Para terminar, los peques, que habían estado escuchando sentaditos en primera fila, se levantaron para unirse al grupo. ¡Hasta los hermanos más pequeños que tenían dos años querían soplar en sus pífanos! Desde el más pequeño que ha empezado las clases de flauta en septiembre hasta el más mayor que ya lleva seis años tocando, se unieron en el escenario para interpretar la primera canción de nuestro repertorio de flauta suzuki: Mary tiene un corderín. Es un momento muy emotivo en el que la música une a niños de distintas edades y niveles. Los mayores apoyan a los pequeños y estos empiezan a entender la música como algo para compartir y disfrutar.

Ilusión y motivación

Los conciertos son un momento de mucha ilusión y emoción para los niños, y también suponen un aliciente de motivación muy importante para ellos. En el escenario aplican y comparten todo lo aprendido en las clases y en casa y ven recompensado su esfuerzo, sintiéndose capaces de tocar piezas cada vez más difíciles. Muchos ya están pensando en lo que podrán tocar en nuestro próximo concierto, ¡será en primavera!

Nosotras nos despedimos hasta el 2017, que esperamos venga cargado de mucha música para todos. ¡Felices fiestas!

Crecemos y avanzamos con la música

Según nuestros pequeños flautistas van creciendo, las familias y las profes observamos orgullosos cómo cambia su forma de tocar y también lo que buscamos y trabajamos durante nuestras clases. Los niños, después de un tiempo, ya no tienen necesidad de que trabajemos en las notas de las canciones, el ritmo o los movimientos sincronizados de los dedos. Empiezan a tocar piezas del repertorio flautístico profesional y a concentrarse en otros aspectos técnicos de nivel superior o cuestiones musicales mucho más abstractas y artísticas:

  • Respiración: este es un aspecto que trabajamos desde que nuestros alumnos empiezan sus clases de flauta, ¡les ayuda con el instrumento y sin él! Según van creciendo y aprendiendo, además de aguantar más tiempo soplando, empiezan a administrar su aire: cuánto queremos gastar, a qué velocidad debe salir… Practicamos juegos y ejercicios para entrenarlo juntos en la clase: nos pasamos una nota, como si fuésemos una sola flauta, poniendo el cronómetro para ver cuánto tiempo soplamos después de inspirar en cuatro tiempos.
  • Lectura: como os contamos en otro post, los niños que aprenden con Método Suzuki también leen el pentagrama y utilizan partituras a partir del momento en que es adecuado. Nuestros alumnos mayores empezaron aprendiendo de oído y de memoria pero ahora aprenden las piezas y ejercicios leyendo las partituras, aunque el resultado final siempre es interpretarlo de memoria… El lenguaje musical empieza a ser una parte más de las clases tanto individual como grupal Suzuki a partir de que el alumno está preparado y se introduce progresivamente y con práctica de lectura de alturas, ritmos, seguimiento de partituras durante la escucha, discriminación auditiva…
  • Expresividad: cuando los alumnos desarrollan su técnica y sonido personal podemos empezar a centrarnos en aspectos como el color del sonido, el tipo de staccato o las dinámicas, según el carácter de la pieza. Los alumnos piensan en lo que sienten o quieren transmitir con la música y según eso buscan su sonido y la manera de comunicarlo. Cierran los ojos y disfrutan, ¡de forma natural surge esta magia!

Da gusto poder ver cómo nuestros alumnos crecen como personas y como músicos y gracias a las herramientas que les damos en clase son también cada vez más autónomos: toman sus propias decisiones musicales y van siempre acompañados por su flauta… Ya la llevan a todas partes: a casa de los abuelos, de vacaciones, a clase en el cole… ¡puede surgir un concierto en cualquier momento!

Tres claves para desarrollar el talento musical en los niños

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«El talento no es innato, sino que se desarrolla»

Esta frase fue pronunciada por Sinichi Suzuki en numerosas ocasiones a lo largo de su vida. Creía firmemente que nadie debería decirle a un niño que no tiene habilidad, sino proporcionarle las herramientas necesarias para que esta se desarrolle al máximo. Afirmaba que todos los niños pueden aprender música y desarrollar su talento musical. Por eso otorgó a su método el nombre de «Método de la educación del talento».

Para desarrollar el talento musical en los niños es necesario que podamos ofrecerles tres cosas fundamentales:

  • Entorno musical

Somos fruto de nuestro entorno, por lo que si queremos que un niño pueda desarrollar sus habilidades musicales, debemos ofrecerle un ambiente en el que la música esté presente. Para esto es importante que escuchemos música en casa, asistamos a conciertos con ellos, etc. En definitiva se trata de que la música forme parte de su núcleo familiar, que es su entorno más cercano. Los padres son el ejemplo más inmediato de sus hijos. Ellos empezarán a mostrar interés por aquello que también interesa a sus padres.

Un niño empieza a decir sus primeras palabras después de haberlas escuchado de sus padres en muchas ocasiones. Así aprendemos nuestra lengua materna y Suzuki afirmaba que el aprendizaje instrumental debe desarrollarse de forma similar para que sea un aprendizaje natural. Es por esto que los niños necesitan escuchar la música de forma habitual para asimilar e interiorizar  los sonidos, ritmos y estructuras de la misma. En el método Suzuki, tenemos un repertorio común de piezas que todos los niños van aprendiendo. Estas piezas, grabadas en distintos CDs, podemos escucharlas de forma pasiva (mientras pintan, se bañan, etc) o de forma activa (a la vez que suena la canción la bailamos, la cantamos con notas o marcamos su ritmo).

La práctica hace al maestro y es que al igual que ocurre con un deporte, debemos practicar regularmente  para que apreciemos la mejoría semana a semana y podamos ir dando pasos y alcanzando nuevas metas y objetivos. De esta forma es como conseguiremos que el instrumento pase a ser parte de la vida del niño y sus habilidades musicales se vayan desarrollando progresivamente. Para ellos, la práctica en casa conlleva una mejora con el instrumento que es fundamental para su motivación.

Estas tres cosas unidas a una actitud positiva van a ayudar a que el talento de los niños se estimule. Suzuki decía «Nunca se es demasiado viejo para empezar y rara vez se es demasiado joven». Por eso, tengan la edad que tengan vuestros hijos os animamos a que les ayudéis a desarrollar su talento musical.

Escuela de Padres Suzuki, un espacio para compartir

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¡Este 26 de Noviembre comienza nuestra Escuela de Padres Suzuki!

¿Qué es la Escuela de Padres?

Es un nuevo espacio de encuentro para todos los papás y mamás que se han embarcado junto a sus hijos en la aventura musical de la mano del método Suzuki y vienen a nuestras clases de flauta travesera semanalmente.

En este espacio trataremos temas importantes para ayudar al desarrollo pleno de las habilidades musicales de los peques y plantearemos cuestiones que habitualmente surgen a lo largo de la formación, compartiendo experiencias y aportando posibles soluciones e ideas. Aquí los padres más veteranos podrán orientar a los más nuevos y todo el mundo podrá aportar su granito de arena para que la experiencia musical sea positiva y enriquecedora.

¿Por qué es importante?

En nuestra metodología, los padres son fundamentales. Vienen a clase y aprenden junto a sus hijos para después en casa convertirse en los ayudantes musicales. Para cualquier niño son su ejemplo y su entorno más inmediato y para nosotras nuestro apoyo más importante.

Desde que empezamos nuestra andadura como profesoras Suzuki  allá por el 2008, hemos tenido alumnos muy distintos, con necesidades muy diferentes y familias con situaciones muy variadas. Siempre que hemos realizado algún encuentro tanto a nivel local en Madrid como a nivel nacional, nos hemos dado cuenta de lo enriquecedor que es para los padres poder hablar con otras familias que también han apostado por este tipo de educación. En seguida surgían entre ellos conversaciones acerca de cómo vivían la música en casa y las distintas etapas que habían ido atravesando. Nacía una complicidad especial entre ellos, se ayudaban sintiéndose identificados con muchas situaciones y agradecían el poder compartir ese rato de «confidencias» con otros padres.

¿ Para qué sirve?

Hemos decidido crear un lugar en el que una vez al trimestre podamos juntarnos y compartir dudas y experiencias para ayudar a las familias a conseguir el principal objetivo de la metodología Suzuki: desarrollar en los niños el amor por la música para que esta les ayude a potenciar al máximo sus capacidades y crecer como personas.

Creemos que esta escuela va a ser una herramienta útil que ayude a las distintas familias Suzuki y esperamos que nuestra primera reunión que tratará sobre la práctica en casa, sirva de inspiración para todos y nos permita ayudar a nuestros pequeños flautistas en su día a día.