Repetir, repetir y repetir. ¡A los niños les encanta! Pueden escuchar un cuento mil veces y seguirán queriendo escucharlo otras mil veces más. Lo mismo les pasa con los juegos que van aprendiendo y es que para ellos repetir no es aburrido, sino todo lo contrario. Esto es muy importante para el aprendizaje instrumental y hoy queremos hablaros sobre ello.
¿Por qué repetimos?
La metodología Suzuki basa el enseñanza instrumental en el aprendizaje de la lengua materna. Después de haber escuchado una palabra en numerosas ocasiones, los niños empiezan a pronunciarla y cuanto más la repiten, mejor es el resultado. Cuando ya saben decirla correctamente no dejan de utilizarla y esta pasa a formar parte de su vocabulario y la dirán muchas veces a lo largo de su vida.
Con la música ocurre exactamente lo mismo. Por ello, las piezas de nuestro repertorio no dejamos de repasarlas aunque ya estemos tocando piezas más complicadas. Al igual que tenemos un amplio repertorio de palabras y frases, tendremos un amplio repertorio de notas y piezas musicales que interpretaremos con más maestría cuanto más las repitamos.
¿Cuándo repetimos?
Para practicar, es importante repetir algo desde que conseguimos hacerlo bien y no sólo hasta que nos sale bien. Si repetimos un pasaje difícil de una pieza hasta que nos salga, es posible que lo hayamos hecho diez veces mal y una sola bien. Nuestro cerebro fija los aciertos, pero también los errores. Por eso cuando conseguimos hacerlo satisfactoriamente es cuando debemos repetirlo para poder interiorizarlo. Necesitamos repetir un mayor número de veces aquello que es correcto, para que nuestro cerebro lo seleccione frente a lo incorrecto en el momento en que realicemos esa acción o pensamiento determinados.
Juegos para repetir
Los niños adoran repetir todo aquello que les gusta, por eso es importante plantear la repetición como un juego que querrán hacer una y otra vez. Os dejamos dos ejemplos de repetición que usamos en nuestras clases:
«El dado»
Les encanta y podemos utilizarlo para trabajar muchos aspectos a distintos niveles. Tiramos el dado y este nos podrá indicar el número de veces que tocamos la nota “fa”, la primera parte de la canción “Estrellita” o la escala de Re Mayor, por ejemplo.
«El ábaco»
Para conseguir mover una de las bolitas del ábaco, los niños tienen que tocar correctamente lo que estemos trabajando (un pasaje con buena emisión de sonido, una canción con una buena postura, etc.) Si lo consiguen, esa bolita pasa a estar en su lado. El objetivo es que obtengan una fila de bolitas. ¡Este juego les ayuda mucho a concentrarse en su buena interpretación!