Encuentro Nacional en Valencia, ¡inolvidable!

El pasado lunes 1 de mayo tuvo lugar el II Encuentro Nacional de Flauta Suzuki. Lo celebramos en Valencia y asistimos alumnos de la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y M
adrid y profes de Holanda, País Vasco, Madrid y Comunidad Valenciana… ¡Fue una experiencia fantástica!

Preparado con cariño

Llevábamos meses organizando todo con mucho cariño y cuidado junto con Altea, profe de Flauta Suzuki de Valencia. Repertorio, horarios ¡y hasta camisetas! Los profesores Suzuki trabajamos mucho en grupo y compartimos ideas y materiales, así nuestros alumnos pueden disfrutar aún más cuando se encuentran para hacer música.

Clases para todos

Queríamos que además de divertido fuese un día de aprendizaje muy provechoso para los alumnos. Desde el día anterior, los alumnos que quisieron pudieron hacer clase individual con nuestra profesora formadora, Karen Lavie. Además, durante el día del encuentro nos dió tiempo a aprender un montón. Empezamos la jornada con un Play Together, tocando todos juntos, ¿qué mejor manera de conocernos y escucharnos?  A continuación, repartimos a los alumnos por edades y niveles e hicimos dos clases grupales, intercaladas con un merecido descanso.

Después de la hora de comer, volvimos con mucha fuerza para una última sesión antes del concierto. Los grupos de pequeños y medianos lo pasaron bomba en una clase de Dalcroze, bailando y jugando con música. Mientras tanto, los mayores aprendieron sobre escalas y teoría musical con juegos y materiales de Music Mind Games.

El concierto en la plaza, ¡momento estrella!

Repusimos un poco las fuerzas con merienda, nos pusimos las camisetas, ¡y salimos a la plaza de Artur Piera! Deleitamos con 14 piezas musicales a las familias, amigos y gente que paseaba por ahí y se quedó a vernos. Empezamos el concierto con los alumnos mayores y las piezas más avanzadas, ¡la primera fue la música de la película Harry Potter! Según avanzaba el programa, se fueron levantando los niños que ya tocaban en cada pieza. Terminamos todos juntos con nuestra pieza estrella, Mary tiene un corderín.

Motivación y más ganas de aprender

Lo mejor del encuentro es el disfrute de los alumnos y la motivación con la que vuelven a casa. Conocer a otros compañeros y familias y compartir la música que aprenden y practican cada semana es la mejor recompensa a su esfuerzo. Estos días especiales les cargan de energía para continuar aprendiendo y querer afrontar nuevos retos musicales.

A nosotras nos llena de alegría ver que lo pasan así de bien y que nos preguntan cuándo volverá a haber otro encuentro. Nuestra próxima cita es el Curso Nacional, la última semana de julio.   ¡Seguiremos llenando nuestras agendas de música y volverán a encontrarse con sus amigos de flauta!

 

Los hermanos pequeños y su aprendizaje musical

El entorno influye en el aprendizaje. La forma en la que los hermanos pequeños de nuestros alumnos aprenden música es un claro ejemplo de ello. Cuando a un niño le rodea la música en un ambiente positivo y cercano, la estimulación, la observación, el enriquecimiento y la curiosidad se despiertan solos.

Los peques que han visto a sus hermanos y papás hacer música suelen comenzar su aprendizaje antes de lo que lo harían en otras condiciones. Además, con frecuencia avanzan los primeros pasos más rápido. Todo esto ocurre gracias a varias circunstancias que son características de nuestra metodología:

estimulaciÓN EN EL entorno

Es frecuente que los hermanos menores vengan a clase acompañando a la familia. Mientras su hermano mayor y papá o mamá hacen la clase, ellos juegan o descansan. Puede parecer que no prestan atención porque están a otra cosa, pero casi siempre están escuchando y mirando la clase. Absorven de todo lo que se aprende y practica a su alrededor. Cuando nos queremos dar cuenta, reconocen las canciones y entonan melodías. Sin pensarlo dos veces, se colocan en una posición perfecta para el saludo de comienzo de la clase.

imitar a los hermanos

Poco a poco, los más pequeños también nos piden participar. Quieren tener su propia flauta y al llegar colocan otra alfombra en el suelo para marcar su sitio en la clase. Sus hermanos y padres son el mejor ejemplo y lo imitan. Sin que nadie se lo pida, empiezan a soplar, a colocar dedos, escuchan las piezas y bailan… ¡O salen al escenario a dar un concierto!

TODOS APRENDEN

La música pasa a ser algo más que empiezan a compartir entre hermanos y refuerza su vínculo. No sólo sirve al pequeño para aprender, sino también al mayor: le ayuda a asentar lo que ya sabe (al hacer de profe para su hermano) y le sirve de motivación para seguir aprendiendo. Es genial cuando pueden empezar a hacer dúos. Por ejemplo, el pequeño hará un acompañamiento fácil para la pieza que está tocando el mayor. O este aprenderá otro más avanzado para adornar una melodía sencilla… La práctica será todavía más divertida en grupo, en equipo, ¡¡una pequeña orquesta familiar!!

 

De Baby Music a Flauta Suzuki, nuestros alumnos crecen de forma natural

El paso de las clases de Baby Music a las de Flauta Suzuki se produce de forma natural. Ocurre según el niño crece y madura personal y musicalmente, en torno a los tres años de edad. A nosotras nos llena de orgullo y de alegría vivirlo con las familias… Este curso muchos de nuestros pequeños alumnos han dado este salto, tan natural y a la vez tan importante en su crecimiento personal y musical.

Como ya os hemos contado en otras ocasiones, nunca es demasiado pronto para empezar a estimular musicalmente a nuestros peques. El oído es nuestro sentido más desarrollado al nacer y la música nos ayuda a relacionarnos con nuestro entorno y a aprender en un ambiente positivo y amable.

ya tienen su base musical,¡AÑADIMOS LA FLAUTA!

Por ello, los alumnos que han participado en las clases de Baby Music tienen el idioma de la música incorporado en su vida. Ya están familiarizados con la flauta travesera, conocen y cantan las canciones del repertorio, tienen su oído entrenado para entender y representar la música que escuchan o para repetir y ejecutar patrones rítmicos, han desarrollado su psicomotricidad fina como para controlar con independencia sus manos y sus dedos, están acostumbrados a respetar los turnos en clase y a compartir la música con su familia…

es un cambio progresivo

Estos pequeños músicos están deseando aprender más. De forma natural quieren y piden a sus papás tocar un instrumento musical, como la flauta travesera. El cambio de las clases de bebés a las de Método Suzuki es progresivo: utilizamos las mismas piezas, canciones, ritmos o rimas que ya conocen y ampliamos objetivos. Se trata ahora de llevar al instrumento esas habilidades que venimos trabajando desde hace tiempo. Por ejemplo, ponerle una segunda letra a las canciones de clase: ¡sus notas musicales!

nacen nuevos objetivos musicales

La clase de grupo se mantiene, pero añadimos el tiempo de la clase individual para desarrollar la técnica del instrumento. Hasta ahora sólo habían tocado los instrumentos de percusión de clase o alguno que tuvieran en casa… Les hace una Ilusión enorme pasar a tener su propio instrumento musical y aprenden a cuidar su flauta, la decoran… Y lo que es más importante: comienzan a imaginar sus siguientes metas musicales, como ¡tocar en concierto con sus compañeros!

 

 

 

Aprendemos a sentir el ritmo en Baby Music

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El ritmo está en cada momento de nuestra vida, en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea: podemos percibir los cambios de ritmo de nuestro corazón, identificar el ritmo con el que suena la lavadora o atender a los complicados ritmos de los cantos de los pájaros a nuestro alrededor, por ejemplo.

En la música, por supuesto, el ritmo es un elemento indispensable para que el material sonoro tenga sentido y para que distintos intérpretes puedan tocar en conjunto, desde un dúo hasta una orquesta sinfónica… ¡Sin ritmo no podemos ponernos de acuerdo!

Además, nuestro sentido del ritmo es algo que tenemos dentro de nosotros desde que nacemos, los bebés se duermen con el ritmo constante de los brazos que lo acunan, se relajan con el latido del corazón del otro y ¡se divierten con el galope en las piernas del mayor!…

Por todo esto, el ritmo está siempre muy presente en nuestras clases. Os contamos algunas formas en que lo trabajamos con los más pequeños, en Baby Music:

  • Palabras: en nuestros ritmos más simples y pegadizos convertimos algunas sílabas en golpes de percusión en instrumentos o en el cuerpo… Por ejemplo, cantamos «chiqui chiqui bam bam», preparando las manos y percutiendo en «bam bam». Utilizamos nuestra imaginación para sustituir las palabras por otras cosas que nos gustan, como los sonidos de animales: «chiqui chiqui ¡guauuu guauuuu!»
  • Coreografías: usamos las letras de nuestras canciones para representar escenas e historias y lo hacemos al ritmo de la canción. Por ejemplo, a nuestros peques les encanta la canción del Soldado y la Bailarina, en la que brincamos con el primer personaje pero nos deslizamos con movimientos largos para el segundo.
  • Instrumentos: la percusión con instrumentos es una parte muy importante de nuestras clases de Baby Music, a los peques les encanta. Usamos canciones especiales para hacerla, alternando tocar en grupo y a solo e intentando que cada día experimenten con distintos instrumentos (tambores, maracas, cascabeles, cajas chinas, triángulos…).
  • Audiciones: en cada clase hacemos una audición nueva y un elemento muy importante para sentirla y representarla es su ritmo. Por ejemplo, en la Marcha Húngara número 5 de Brahms, nos lo pasamos pipa bailando al son de los distintos ritmos y tempos que se suceden.

Cuanto más desarrollado tengamos el sentido del ritmo, con más facilidad afrontaremos el aprendizaje de un instrumento musical, como la flauta.  Cuando los niños pasan a esta nueva etapa llevamos nuestra interpretación de ritmos a más complejidad: uniéndolo con alturas para hacer melodías, comenzando los primeros pasos de la lectura musical al representarlos por escrito, interpretando distintos patrones simultáneamente con otros compañeros… ¡El juego no ha hecho más que comenzar!

¡Este Halloween hemos tocado de miedo!

¡Qué bien lo hemos pasado! La semana pasada ha sido muy especial, hemos celebrado Halloween en nuestras clases y mayores y pequeños nos hemos divertido un montón. Esta fiesta es importante en países anglosajones como el Reino Unido o Estados Unidos y la hemos aprovechado para acercar un poco más el idioma y la cultura de estos países a nuestros alumnos

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Antes de recibir a las familias, las profes nos encargamos de decorar nuestras aulas con telarañas, guirnaldas, esqueletos gigantes, globos, calaveras… Los niños se han quedado boquiabiertos al entrar, deseando participar, ¡pero nosotras mismas también hemos sido sorprendidas! Muchos peques se han preparado en casa con sus disfraces y han venido a clase convertidos en vampiresas, esqueletos, calabazas, brujas o gatos

Para que nadie se quedara con las ganas, preparamos también unas divertidas caretas de calaveras mejicanas para los papás… Y la fiesta también se sintió en nuestra música: en las clases individuales de flauta tocamos versiones terroríficas de algunas de nuestras piezas,  en los grupos de Baby Music jugamos con la audición de Los Fósiles del Carnaval de los Animales de Saint-Saens, y con los mayores aprovechamos esta misma pieza para trabajar nuestro picado al ritmo del estribillo de la percusión. ¡Qué divertida y pegadiza es esta música!

Por último queremos contaros que, por supuesto, ¡también hemos cantado en inglés! Para la ocasión, hemos encontrado gran variedad de Nursery Rhymes de lo más entretenido.  Uno de los que hemos hecho en clase se titula Happy Halloween y nos ha encantado representarlo, bailarlo y cantarlo en las clases de flauta de los pequeños… Al ritmo de la música y con nuestras flautas como si de palos de escoba se trataran, hemos jugado a brujas que vuelan; nos hemos convertido en monstruos bailando y pisando a tempo; nuestros dedos han hecho de patas de arañas que caminaban por las flautas… De repente, las flautas se han hecho remos y nosotros piratas terroríficos y, para terminar, hemos soplado unas notas súper tranquilas para intentar dormir al búho de la canción:

Fly, fly, fly little Witches… Stomp, stomp, stomp, little Monsters… Crawl, crawl, crawl, little Spiders… Row, row, row, little Pirates… Sleep, sleep, sleep, little Owl… Happy Halloween!!

En estos días tan especiales hemos terminado las clases repartiendo los famosos caramelos de «truco o trato», además de nuestras pegatinas… ¡Ya estamos esperando nuestra próxima fiesta para pasarlo así de bien de nuevo!

Mejorando la respiración con música

Todo ser humano adora la música. Victor Hugo, el poeta francés, llegó a decir que «la música expresa aquello que no puede transmitirse en palabras, y que tampoco puede callarse». No solamente nos dan placer los sonidos musicales, también nuestro cuerpo y cerebro disfrutan de la creación y la interpretación musical. La música es sumamente beneficiosa para nosotros y ejecutarla a través de instrumentos musicales nos aporta enormes beneficios: aumenta la memoria, fomenta la disciplina, perseverancia y concentración; mejora la coordinación y las habilidades matemáticas, alivia el estrés, contribuye a desarrollar las habilidades sociales…

Además, cada una de las familias de instrumentos tiene sus características particulares y por ende sus ventajas. En el caso de los instrumentos de viento, como la Flauta Travesera, el principal beneficio es mejorar la capacidad pulmonar. Las personas con tres años de práctica de un instrumento de viento pueden tener un 70% más de capacidad pulmonar que las personas que no lo practiquen.

Por otro lado, tocar instrumentos de viento también mejora la calidad de las horas de sueño debido a que la respiración es más profunda y uniforme, logrando un descanso más consolidado. Incluso, hay estudios que aseguran que esta práctica musical puede evitar enfermedades respiratorias como el  asma, habiéndose registrado beneficios en numerosos casos de pacientes, muchos de ellos niños.

Todo esto es posible porque, al aprender a tocar estos instrumentos, como la Flauta, los niños aprenden a expulsar la cantidad de aire correcta e incrementan la oxigenación del organismo sin darse cuenta, tonificando sus pulmones.

Los numerosos beneficios de la respiración también son valiosos para los niños: garantizar un buen desarrollo, evitar problemas de estrés y nerviosismo, favorecer la concentración y el aprendizaje, y ayudarles a ser conscientes de su propio cuerpo y de sus capacidades, algo que resulta de gran ayuda a la hora de fomentar su autonomía.

Nuestra querida Flauta no nos da más que alegrías: ¡es música y es salud!

¿Por qué tocar un instrumento musical es bueno para tu hijo?

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Siempre decimos que una de las recompensas más valiosas que tiene nuestro trabajo es ver crecer a nuestros alumnos de la mano de la música. Gracias a ella, se desarrollan en los niños muchas capacidades que les serán útiles en el futuro. La música es una actividad tan completa, que las dos partes del cerebro se ven implicadas en ella. El lado derecho está especializado en sensaciones, sentimientos y habilidades espaciales, visuales y sonoras y el lado izquierdo está relacionado con la parte verbal, la aritmética y la lógica. Sencillamente, escuchando música se activan varias zonas de nuestro cerebro a la vez. Si tocamos un instrumento musical de forma constante y prolongada en el tiempo, estaremos ayudando al cerebro a desarrollarse de una forma muy completa.

El psicólogo Howard Gardner desarrolló la teoría de inteligencias múltiples. Según esta teoría no existe un único tipo de inteligencia, sino varias. Hoy os contamos cómo la práctica instrumental puede contribuir a algunas de ellas

Inteligencia lingüística

La música es un lenguaje universal, que permite expresarse a través del instrumento. Se presenta como otro idioma más, con su código escrito y sus sonidos que los niños asimilarán de forma natural al aprenderlo igual que su lengua materna.

Inteligencia lógico-matemática

Las estructuras musicales, los ritmos regulares e irregulares, cambios de compás y un largo etcétera permiten desarrollar el lado matemático. De esta forma que la música se estructura en la cabeza de los peques, ayudándoles a pensar de forma lógica.

Inteligencia cinestésica

Los movimientos cada vez más precisos y veloces de los dedos  contribuyen en gran medida al desarrollo de la psicomotricidad. ¡Poco a poco, nuestros alumnos van dando pasitos que les llevarán a hacer cosas increíbles!

Inteligencia intrapersonal

La música es una vía maravillosa para que los niños aprendan a gestionar sus sentimientos y crezcan emocionalmente. Su instrumento musical se convierte en un fiel aliado.

Inteligencia interpersonal

La música nos ayuda a conectarnos con los demás al tocar, a empatizar con ellos y a establecer un canal de comunicación que va más allá de las palabras. ¡Tocar con los demás les hará sentir que forman parte de algo especial!

Por todo esto os animamos a que introduzcáis la música en la vida de vuestros peques. De esta manera apostaréis desarrollar su potencial al máximo. No dudéis en venir a probar una clase con nosotras previa reserva de horario a través de info@littlemusicalsteps.com

 

La práctica musical en casa

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Todo aprendizaje musical, ya sea general o de un instrumento en concreto,  requiere práctica y entrenamiento constante, al igual que ocurre con muchas otras disciplinas artísticas y la mayoría de deportes, por ejemplo.

Cuanto más se experimenta la música en casa, incluyendo este hábito en la rutina del niño de forma regular, mejor aprenden en las clases o avanzan en la técnica del instrumento: este lenguaje comienza a ser importante en su vida y se convierte en algo más que compartir en el ámbito familiar.

En las clases de bebés la práctica de los juegos musicales en casa, el escuchar audiciones y cantar canciones en la rutina harán que se absorba mucho más todo lo que exponemos al niño (ya estemos cantando con propósitos musicales o usándolo para hacer más ameno el momento de la comida, de vestirse o de ir a dormir…). Además, en el aprendizaje de un instrumento, la práctica en casa es casi imprescindible para que el alumno avance, ya que tiene que asimilar la técnica del instrumento gradualmente, a través de los juegos, ejercicios y actividades.

Estas son algunas ideas importantes sobre nuestro enfoque de la práctica musical en familia, con niños en edades tempranas:

  • Es responsabilidad únicamente del adulto.

Por lo general, cuando un niño se inicia en las clases de música, empieza a cantar espontáneamente en su día a día o, si tiene su instrumento a mano, jugará un poco con él. Sin embargo, es el adulto el que debe proponer el hábito de la práctica regular y guiada por el consejo del profesor.

  • Debe ser regular y constante.

A poder ser, practicaremos todos o casi todos los días un poquito, e intentaremos hacerlo aproximadamente a la misma hora (por ejemplo, por la tarde después de la merienda). ¡Las rutinas son muy importantes en la vida de los niños y la música debe entrar también en ese esquema!

  • Actitud siempre positiva y de juego.

El adulto debe estar siempre atento al ánimo del niño, ya que, al igual que los mayores, ellos pueden tener un mejor o peor día… Asumirán con gusto la nueva rutina siempre que nos adaptemos a ellos y cuidando de que la estimulación sea siempre positiva (el simple hecho de estar practicando ya es algo que celebrar y realzaremos todo lo que el peque haga bien, aunque no sea nuevo).

  • Acertar en qué y cómo practicar.

En las clases de Suzuki es importante apuntar lo que el profesor nos ha dicho que se debe practicar y cómo hacerlo. Muchas veces un acercamiento distinto al adecuado o una meta demasiado difícil pueden desmotivar al pequeño.

  • Adecuarnos a su capacidad de concentración.

La práctica no debe suponer más de cinco o diez minutos cuando el niño es pequeño y va aumentando según su desarrollo y madurez. Ellos mismos lo van pidiendo y demostrando, así que no debemos tener miedo en los primeros años a limitarnos a cantar una canción o montar y desmontar el instrumento para ese ratito.

La práctica musical en casa es siempre un gran momento para compartir este aprendizaje tan bonito con los niños, acompañarles en todos sus pequeños logros y formar parte de su desarrollo. Aunque trabajemos en crear esa rutina, podemos reforzarlo constantemente: ¡a cantar en la ducha, en el coche o en el parque!

¿Cuándo pasar a la siguiente pieza del repertorio?

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El repertorio Suzuki está muy organizado: cada instrumento tiene su metodología adaptada, su formación específica para el profesorado y sus propios libros. En el caso de la flauta contamos con 12 volúmenes que recogen el aprendizaje del instrumento desde los primeros soplidos hasta el nivel profesional.

El volumen 1, con el que inician el aprendizaje nuestros alumnos, supone una evolución técnica y de madurez musical muy grande para ellos: consta de 17 piezas, siendo la primera la popular canción Mary tiene un corderín y la última la Bourré de Handel, por lo que comienzan aprendiendo canciones infantiles y lo terminan interpretando piezas complejas y de calidad musical.

Todos los niños Suzuki van aprendiendo las mismas piezas, lo que facilita que desde el primer día de clase puedan tocar en grupo, aprender del compañero e incluso compartirlo también con alumnos de otros instrumentos en conciertos, cursos y eventos especiales.

Cada pieza del repertorio Suzuki tiene varias etapas de aprendizaje:

Trabajo previo:

Antes de abordar el trabajo propio de una pieza, vamos practicando su «teaching point»: aquel aspecto musical que va a costar un poco más al niño por ser novedad o de mayor dificultad con respecto a lo anterior. Esto también va a suponer un avance técnico para el alumno, así como en el propio repertorio, ya que los libros Suzuki están pensados para que haya escalones periódicos de dificultad que tienen su recompensa en varias piezas sucesivas de las mismas características, de manera que el alumno alterna la dificultad con el disfrute de haber realizado ese esfuerzo.

Trabajo propio de la pieza: 

Trabajaremos de muy diversas maneras para llegar a controlar la pieza e interpretarla de memoria con su acompañamiento y en concierto: cantándola con su letra, cantándola con sus notas, representando las notas con partes del cuerpo, dramatizando la estructura de la canción con una historia, pintando símbolos para sus notas o para las partes de la historia, acompañándola con percusión, con el piano, haciendo juegos…

Después de la primera fase en que cantamos las notas de la canción como una «segunda letra», el alumno alcanza madurez en la pieza: la entiende y controla en cuanto a alturas, estructura, memorización, etc. Es en ese momento cuando podremos empezar el trabajo previo de la siguiente pieza, terminando simultáneamente de perfeccionar ésta.

Trabajo de repaso:

Este paso también es importante. El repaso de todas las piezas aprendidas debe ser constante y nos sirve tanto para dar ejemplo a otros compañeros, como para aprender cuando tocamos solos: por ejemplo, para ejercitar nuestra memoria o para darnos cuenta de que hemos mejorado la calidad de nuestro sonido, el control del aire, o la velocidad de los dedos…

Al igual que ocurre en el resto de nuestras clases, este aprendizaje se lleva a cabo siempre desde un punto de vista positivo, evitando cualquier tipo de competitividad y buscando que cada niño disfrute de la música y aprenda según sus necesidades, a su propio ritmo.

Música e inglés… ¡Combinación perfecta!



Las profes de Little Musical Steps tenemos formación en varios idiomas y creemos que es fantástico poder compartirlo con nuestras familias en el aula. Nuestras clases son bilingües, alternando castellano e inglés, para que papás y mamás os sintáis a gusto sin necesidad de ningún nivel mínimo del idioma. ¡Vuestra participación en el aula es muy importante!

Se trata de ofrecer a los pequeños este otro estímulo distinto al musical y aprovechar esa etapa en la que absorben tan fácilmente. Según Barbara Zurer Pearson, autora de Raising a Bilingual Child, “después de tan sólo días de haber nacido, todos los bebés ya pueden diferenciar varios idiomas”. Además, el periodo óptimo para el aprendizaje de idiomas, según numerosos estudios, parece situarse entre el nacimiento y los tres años (justamente cuando un niño está aprendiendo su primera lengua). De hecho, lo aprenden también con facilidad y todavía como si fuese su lengua materna hasta los siete años de edad.

Cuando estamos inmersos en la actividad de la clase, el niño escucha, imita y siente el deseo de comunicarse también en inglés. Es bueno para ellos ver a un adulto de referencia (como su madre, padre o su profesora) hablar en dos idiomas indistintamente. De esta forma,  lo  entienden como algo normal y natural… Incluso, ¡hay momentos en que los niños prestan más atención por estar escuchando dos idiomas diferentes!

El biligüismo tiene muchas ventajas

César Ávila es catedrático de Psicología Básica de la Universitat Jaume I de Castellón e investigador del grupo de neuropsicología y neuroimagen funcional de Brainglot. Ha realizado un estudio en el que comprueba con técnicas de resonancia magnética qué pasa en el cerebro de personas bilingües y monolingües al realizar tareas que no son lingüísticas, sino de control ejecutivo y de atención. Ávila explica que “crecer en un entorno en el que se usan dos lenguas y has de cambiar constantemente de una a otra hace al cerebro más flexible al ambiente y otorga más capacidad de cambio cognitivo”.

El uso del inglés en nuestras clases no va a hacer bilingüe al alumno, pero estimula su oído y crea interés y predisposición por su parte para aprender esa segunda lengua. Las ventajas que conlleva hablar más de una lengua, además de las comunicativas, pueden ser muy numerosas: mayor creatividad en la resolución de problemas complejos, capacidad de pensamiento más flexible, mejora de la atención y apertura mental, mayor facilidad para aprender otros idiomas o incluso la creación de reservas cognitivas que retrasan la aparición de síntomas de demencia o de alzheimer… Let´s make music!