«¡Hemos conseguido un montón de sonrisas!»

Para desarrollar todas las habilidades musicales que potenciamos en nuestras clases es imprescindible que los niños practiquen en casa. Nuestro aprendizaje se basa en el juego y la diversión y nuestros alumnos vienen muy contentos a sus clases, pero… ¡Qué difícil es a veces ponerse a tocar con la de juegos divertidos que tenemos en casa!

“NUESTRA LISTA DE SONRISAS”

Por ello las profes de Little musical steps tenemos algunos recursos con los que podemos motivarles a querer practicar en casa de forma regular. Uno de ellos es nuestra lista de sonrisas. Consiste en una fila de “Happy faces” que vamos rellenando cada día en clase con lo que nos cuentan que han podido hacer durante la semana. Nunca ponemos una cara negativa, sino que buscamos por poquito que sea reconocer un esfuerzo para motivar positivamente al niño.

Cuando consiguen llenar su fila de sonrisas las profes les regalamos una sorpresa. Después, de nuevo seguiremos llenando esa misma fila para llegar a la siguiente sorpresa… Esta vez dejamos volar la imaginación y decoramos nuestras caritas con colores, pelo, gafas… Y así iremos rellenando una fila tras la otra durante el curso.

ENSEÑANZA PERSONALIZADA

El momento de hablar de las sonrisas de la semana no es solamente importante para la motivación del niño. Es también la manera en que las profesoras podemos saber qué se ha practicado en casa y de esa manera guiar mejor la propia clase y la práctica para la semana siguiente. Es una información que compartimos directamente con los papás y mamás en la clase y que nos sirve para que ellos entiendan mejor cómo enfocar la actividad.

¡PRACTICAR NO ES SÓLO TOCAR!

Conseguir una “Happy face” no consiste solamente en tocar una pieza en casa. Puede ser cualquier esfuerzo relacionado con su aprendizaje musical, como mantener una buena postura, escuchar con atención la grabación de nuestro repertorio, observar a un dedito en concreto que andaba despistado o simplemente cantar y bailar una de nuestras canciones.

Con estos recursos buscamos que los niños desde bien pequeños entiendan y valoren la importancia del esfuerzo y la constancia. ¡A través de ello podrán conseguir cualquier meta que se propongan!

Preparando con ilusión nuestro concierto

Tocar en concierto es una parte muy importante del aprendizaje musical. Es el momento en el que compartimos con los demás todo lo que hemos aprendido y desarrollado a través de nuestra dedicación y esfuerzo.

Los conciertos nos hacen sentir bien, aumentan nuestra autoestima y sirven como motor de nuestra motivación. Por ello, en Little Musical Steps organizamos tres conciertos a lo largo del curso, uno al final de cada trimestre.

 

Tocar en público es una parte muy importante del aprendizaje musical. Por ello, en nuestra escuela organizamos tres conciertos a lo largo del curso.

 

En los conciertos incluimos una parte de solos y otra en la que tocamos todos en conjunto. En la primera parte intervienen los alumnos que ya tienen preparada una pieza de nuestro repertorio para poder tocarla ante los demás. La tocan con acompañamiento de piano a solo o en pequeños grupos de tres o cuatro alumnos.

 

Uno de nuestros alumnos más avanzados está preparando la última pieza del Libro II para nuestro próximo concierto de Navidad del 16 de diciembre en Rivas. Se trata de “On Wings of Song” de Félix Mendelssohn. ¡Mirad que buen trabajo que está haciendo con ella!

 

 

 

En la parte de grupo tocamos piezas en las que todos los alumnos puedan participar. Mientras los más avanzados se ocupan de las melodías o los acompañamientos más virtuosísticos, los pequeñines tienen también un papel fundamental.

 

Os enseñamos cómo empezamos a ensayar Jingle Bells hace unas semanas. Los peques que todavía saben tocar solamente algunas notas tienen un cometido especial… Van a ser los encargados del “¡hey!” al final de cada estrofa.

 

 

Os invitamos a que vengáis a vernos a nuestro Concierto de Navidad. Será el próximo sábado 16 de diciembre a las 17.30 a BHIMA SANGHA (Av. Deporte s/n, Rivas Vaciamadrid) https://goo.gl/maps/es5m2joUN8S2 

 

El talento no nace, ¡se hace!

La mano izquierda es, por mucho, inferior a la mano derecha si se ha permitido que se mantenga inactiva. A pesar de que ambas nos pertenecen, la mano derecha e izquierda revelan un tremenda diferencia entre aquella que recibe entrenamiento en el uso diario, de aquella que no. Esto aplica de igual forma a nuestra habilidad como seres humanos. Es una locura considerar un talento innatamente débil cuando no se ha hecho nada para desarrollarlo.

Shinichi Suzuki

 

Método Suzuki para flauta travesera

 

Hoy queremos profundizar un poco más en la metodología Suzuki y hablaros sobre uno de los principios en los que se basa:

el talento no es innato, sino que se desarrolla

Shinichi Suzuki se sorprendió muchísimo al darse cuenta, de repente, de que todos los niños de Japón hablaban japonés. A cualquiera que se lo contaba esto le parecía un hecho sin importancia, pero para él fue una de las ideas clave en el desarrollo de su metodología. Si todos los niños de un país o región conseguían aprender a la perfección su lengua, algo que es realmente complejo, ¿cómo no iban a poder aprender también el idioma de la música?

 

Lo que necesitamos para que esto funcione en la enseñanza musical, por lo tanto, es reproducir las mismas condiciones que se dan en el aprendizaje de la lengua materna. Suzuki continuó observando y tomó nota de estas condiciones: el estímulo de la lengua es constante desde el nacimiento del niño, ocurre en su entorno más próximo y le llega de las personas más cercanas y familiares más directos a quien imita. Además, supone en una primera etapa un estímulo solamente de escucha y observación, en un segunda etapa pasa a interpretarse y, por último, mucho después, los niños acaban leyendo y escribiendo en su lengua.

 

¿Cómo crear un método de enseñanza musical BASADO EN el aprendizaje de LA LENGUA MATERNA?

Suzuki concluyó que tenía que ser un método de enseñanza del instrumento (él tocaba el violín) en el que comenzamos desde una edad temprana, desde los tres años. Además, los papás y mamás vienen a clase con los niños para aprender con ellos. Así pueden provocar esa imitación del niño hacia el adulto e incluir la actividad en el entorno familiar y en el día a día del niño, de forma que pueda escuchar y asimilar la música como hace con su lengua materna.

 

Todo esto le llevó a una conclusión en la que creemos todos los profesores de metodología Suzuki: el talento no es algo innato sino que podemos desarrollarlo, siempre que se dé el entorno adecuado y una práctica regular. Nacemos con capacidades distintas para desarrollar ciertas habilidades, pero a través del juego y la diversión, con constancia y esfuerzo y empezando a una edad temprana, cualquier niño puede aprender música.

 

Esta idea difiere de las de otras metodologías de enseñanza musical en las que se examina a los niños para poder acceder a la enseñanza o continuar en ella. Nosotras no ponemos metas ni objetivos generales para todos los alumnos, sino que nos adaptamos al ritmo de cada uno y a sus necesidades de aprendizaje. Buscamos el enriquecimiento personal y el desarrollo del niño a través de la música, como una herramienta más en su crecimiento y para su felicidad.

 

Cinco beneficios de tocar en público

Regalar la música al público es una de las mejores sensaciones que puede experimentar un músico. Nosotras lo practicamos con nuestros alumnos desde el primer día en que empiezan a tocar el instrumento, con conciertos a solo y en conjunto. Participamos todos juntos en un gran grupo, tanto los que llevan años aprendiendo a tocar la Flauta Travesera como aquellos que acaban de iniciarse.

Además de pasarlo fenomenal, hacer conciertos nos aporta mucho a nivel personal. Os  contamos cinco beneficios de tocar música en público:

1. mejora la autoestima

A través de la música nos expresamos, mostrando a los demás aquello que nos gusta y somos capaces de hacer. ¡Lograr nuestras metas y compartirlo con nuestra familia y amigos nos hace sentir muy bien!

2. refuerza el grupo

Todas las semanas hacemos nuestra clase grupal, donde tocamos con los compañeros y resto de familias. Ensayamos y preparamos juntos los conciertos, sintiéndonos parte fundamental de un equipo y viviendo esas emociones con nuestros compañeros.

3. ejercita la comunicación

El hecho de ejecutar una pieza musical en un escenario frente a los demás nos entrena para cualquier otro tipo de comunicación en público. Cada concierto que hacemos ganamos en control y confianza en ese tipo de situaciones, como actuar o hablar en público.

4. MArca objetivos

Tener una agenda de conciertos regulares nos ayuda a planificar mejor nuestra práctica y esfuerzo. Desde muy pequeños, los niños se organizan a largo plazo, pensando en la pieza que les gustaría preparar para el siguiente concierto o en aquello que han escuchado tocar a un compañero y podrán aprender cuando hayan avanzado.

5. COMPLETA EL APRENDIZAJE

Gracias a los conciertos, los alumnos entienden que lo mejor de la música es compartirla con los demás. Es todo un lujo poder disfrutar tocando y hacer disfrutar al que te escucha al mismo tiempo. Es una de las mejores recompensas al esfuerzo y dedicación de nuestra práctica y estudio.

Nosotras planteamos estos eventos siempre desde un enfoque positivo, respetando a cada niño y su deseo de tocar o de mantenerse en el público para escuchar y aplaudir a los demás. Organizamos al menos tres conciertos a lo largo del curso, además de encuentros nacionales y otras actividades en las que siempre se toca también en público. ¡Os invitamos al próximo!

Encuentro Nacional en Valencia, ¡inolvidable!

El pasado lunes 1 de mayo tuvo lugar el II Encuentro Nacional de Flauta Suzuki. Lo celebramos en Valencia y asistimos alumnos de la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y M
adrid y profes de Holanda, País Vasco, Madrid y Comunidad Valenciana… ¡Fue una experiencia fantástica!

Preparado con cariño

Llevábamos meses organizando todo con mucho cariño y cuidado junto con Altea, profe de Flauta Suzuki de Valencia. Repertorio, horarios ¡y hasta camisetas! Los profesores Suzuki trabajamos mucho en grupo y compartimos ideas y materiales, así nuestros alumnos pueden disfrutar aún más cuando se encuentran para hacer música.

Clases para todos

Queríamos que además de divertido fuese un día de aprendizaje muy provechoso para los alumnos. Desde el día anterior, los alumnos que quisieron pudieron hacer clase individual con nuestra profesora formadora, Karen Lavie. Además, durante el día del encuentro nos dió tiempo a aprender un montón. Empezamos la jornada con un Play Together, tocando todos juntos, ¿qué mejor manera de conocernos y escucharnos?  A continuación, repartimos a los alumnos por edades y niveles e hicimos dos clases grupales, intercaladas con un merecido descanso.

Después de la hora de comer, volvimos con mucha fuerza para una última sesión antes del concierto. Los grupos de pequeños y medianos lo pasaron bomba en una clase de Dalcroze, bailando y jugando con música. Mientras tanto, los mayores aprendieron sobre escalas y teoría musical con juegos y materiales de Music Mind Games.

El concierto en la plaza, ¡momento estrella!

Repusimos un poco las fuerzas con merienda, nos pusimos las camisetas, ¡y salimos a la plaza de Artur Piera! Deleitamos con 14 piezas musicales a las familias, amigos y gente que paseaba por ahí y se quedó a vernos. Empezamos el concierto con los alumnos mayores y las piezas más avanzadas, ¡la primera fue la música de la película Harry Potter! Según avanzaba el programa, se fueron levantando los niños que ya tocaban en cada pieza. Terminamos todos juntos con nuestra pieza estrella, Mary tiene un corderín.

Motivación y más ganas de aprender

Lo mejor del encuentro es el disfrute de los alumnos y la motivación con la que vuelven a casa. Conocer a otros compañeros y familias y compartir la música que aprenden y practican cada semana es la mejor recompensa a su esfuerzo. Estos días especiales les cargan de energía para continuar aprendiendo y querer afrontar nuevos retos musicales.

A nosotras nos llena de alegría ver que lo pasan así de bien y que nos preguntan cuándo volverá a haber otro encuentro. Nuestra próxima cita es el Curso Nacional, la última semana de julio.   ¡Seguiremos llenando nuestras agendas de música y volverán a encontrarse con sus amigos de flauta!

 

Los hermanos pequeños y su aprendizaje musical

El entorno influye en el aprendizaje. La forma en la que los hermanos pequeños de nuestros alumnos aprenden música es un claro ejemplo de ello. Cuando a un niño le rodea la música en un ambiente positivo y cercano, la estimulación, la observación, el enriquecimiento y la curiosidad se despiertan solos.

Los peques que han visto a sus hermanos y papás hacer música suelen comenzar su aprendizaje antes de lo que lo harían en otras condiciones. Además, con frecuencia avanzan los primeros pasos más rápido. Todo esto ocurre gracias a varias circunstancias que son características de nuestra metodología:

estimulaciÓN EN EL entorno

Es frecuente que los hermanos menores vengan a clase acompañando a la familia. Mientras su hermano mayor y papá o mamá hacen la clase, ellos juegan o descansan. Puede parecer que no prestan atención porque están a otra cosa, pero casi siempre están escuchando y mirando la clase. Absorven de todo lo que se aprende y practica a su alrededor. Cuando nos queremos dar cuenta, reconocen las canciones y entonan melodías. Sin pensarlo dos veces, se colocan en una posición perfecta para el saludo de comienzo de la clase.

imitar a los hermanos

Poco a poco, los más pequeños también nos piden participar. Quieren tener su propia flauta y al llegar colocan otra alfombra en el suelo para marcar su sitio en la clase. Sus hermanos y padres son el mejor ejemplo y lo imitan. Sin que nadie se lo pida, empiezan a soplar, a colocar dedos, escuchan las piezas y bailan… ¡O salen al escenario a dar un concierto!

TODOS APRENDEN

La música pasa a ser algo más que empiezan a compartir entre hermanos y refuerza su vínculo. No sólo sirve al pequeño para aprender, sino también al mayor: le ayuda a asentar lo que ya sabe (al hacer de profe para su hermano) y le sirve de motivación para seguir aprendiendo. Es genial cuando pueden empezar a hacer dúos. Por ejemplo, el pequeño hará un acompañamiento fácil para la pieza que está tocando el mayor. O este aprenderá otro más avanzado para adornar una melodía sencilla… La práctica será todavía más divertida en grupo, en equipo, ¡¡una pequeña orquesta familiar!!

 

Principios de la Filosofía Suzuki

Hoy queremos contaros un poco sobre la filosofía en que basamos nuestra metodología. Es precisamente el tema que tratamos el pasado sábado en la segunda reunión de la Escuela de Padres Suzuki de este curso. Los papás y mamás de los alumnos son un pilar fundamental en nuestro modelo de aprendizaje. Por ello, las profes de Little Musical Steps quisimos recordar con ellos esta filosofía y compartir ideas y opiniones.

También aprovechamos la sesión para poner nuestras agendas de conciertos y actividades musicales al día y compartir vivencias y experiencias de la rutina musical en casa. Aquí os resumimos cuáles son los Principios del Método Suzuki y cómo los aplicamos en clase y en casa:

– «todos los niños pueden»

El talento no es innato, sino que se desarrolla, mientras proporcionemos al niño el entorno y estimulación suficiente. Suzuki defendía la idea del “aprendizaje de la lengua materna”. Si todos los niños de Japón pueden hablar japonés, también pueden aprender el idioma de la música, a través de un instrumento. Un niño empieza a hablar despacio, pronunciando con dificultad y tras mucho tiempo escuchando ese lenguaje a su alrededor. A base de práctica diaria, todos terminamos hablando con fluidez y control nuestro idioma.

– enfoque positivo

Necesitamos paciencia, constancia y confianza en el aprendizaje musical de los niños. Es importante enfatizar lo que el niño hace bien, despersonalizar los errores y evitar comparaciones que no sean constructivas.

– participación de los padres

Este aprendizaje se basa en integrar la música en el entorno familiar, lo cual es imprescindible también para la motivación de los niños.  Los papás o mamás vienen a clase con los niños y aprenden a tocar el instrumento. De esta forma, pueden compartir la experiencia y llevarla a su rutina familiar. Además, ¡el hecho de que el adulto aprenda a tocar le hace comprender las posibles dificultades del instrumento!

– edad temprana

Suzuki decía “rara vez se es demasiado joven y nunca  demasiado mayor para empezar ”. Cuanto antes comencemos con el aprendizaje musical, antes desarrollaremos el oído. Por otra parte, fijamos metas pequeñas para gente pequeña, teniendo en cuenta que la velocidad de aprendizaje está relacionada con la edad y el desarrollo del niño.

– escucha intensiva

Es imprescindible que los niños escuchen música. No sólo nuestras piezas del repertorio y otras del instrumento, sino cualquier música de calidad y que guste en el hogar. Suzuki insistía en que escuchar a los mejores intérpretes nos llevaría a desarrollar nuestro sonido e interpretación a un alto nivel.

– repertorio en común

En Suzuki compartimos repertorio a nivel internacional. Esto nos permite disfrutar de tocar con alumnos y profesores Suzuki de todo el mundo y participar en encuentros y cursos de nuestro instrumento o de otros.

 

Si buscas una manera de aprender música en familia, disfrutando y jugando con los peques, no lo dudes y prueba una clase sin compromiso… ¡Esta es tu metodología!

De Baby Music a Flauta Suzuki, nuestros alumnos crecen de forma natural

El paso de las clases de Baby Music a las de Flauta Suzuki se produce de forma natural. Ocurre según el niño crece y madura personal y musicalmente, en torno a los tres años de edad. A nosotras nos llena de orgullo y de alegría vivirlo con las familias… Este curso muchos de nuestros pequeños alumnos han dado este salto, tan natural y a la vez tan importante en su crecimiento personal y musical.

Como ya os hemos contado en otras ocasiones, nunca es demasiado pronto para empezar a estimular musicalmente a nuestros peques. El oído es nuestro sentido más desarrollado al nacer y la música nos ayuda a relacionarnos con nuestro entorno y a aprender en un ambiente positivo y amable.

ya tienen su base musical,¡AÑADIMOS LA FLAUTA!

Por ello, los alumnos que han participado en las clases de Baby Music tienen el idioma de la música incorporado en su vida. Ya están familiarizados con la flauta travesera, conocen y cantan las canciones del repertorio, tienen su oído entrenado para entender y representar la música que escuchan o para repetir y ejecutar patrones rítmicos, han desarrollado su psicomotricidad fina como para controlar con independencia sus manos y sus dedos, están acostumbrados a respetar los turnos en clase y a compartir la música con su familia…

es un cambio progresivo

Estos pequeños músicos están deseando aprender más. De forma natural quieren y piden a sus papás tocar un instrumento musical, como la flauta travesera. El cambio de las clases de bebés a las de Método Suzuki es progresivo: utilizamos las mismas piezas, canciones, ritmos o rimas que ya conocen y ampliamos objetivos. Se trata ahora de llevar al instrumento esas habilidades que venimos trabajando desde hace tiempo. Por ejemplo, ponerle una segunda letra a las canciones de clase: ¡sus notas musicales!

nacen nuevos objetivos musicales

La clase de grupo se mantiene, pero añadimos el tiempo de la clase individual para desarrollar la técnica del instrumento. Hasta ahora sólo habían tocado los instrumentos de percusión de clase o alguno que tuvieran en casa… Les hace una Ilusión enorme pasar a tener su propio instrumento musical y aprenden a cuidar su flauta, la decoran… Y lo que es más importante: comienzan a imaginar sus siguientes metas musicales, como ¡tocar en concierto con sus compañeros!

 

 

 

Crecemos y avanzamos con la música

Según nuestros pequeños flautistas van creciendo, las familias y las profes observamos orgullosos cómo cambia su forma de tocar y también lo que buscamos y trabajamos durante nuestras clases. Los niños, después de un tiempo, ya no tienen necesidad de que trabajemos en las notas de las canciones, el ritmo o los movimientos sincronizados de los dedos. Empiezan a tocar piezas del repertorio flautístico profesional y a concentrarse en otros aspectos técnicos de nivel superior o cuestiones musicales mucho más abstractas y artísticas:

  • Respiración: este es un aspecto que trabajamos desde que nuestros alumnos empiezan sus clases de flauta, ¡les ayuda con el instrumento y sin él! Según van creciendo y aprendiendo, además de aguantar más tiempo soplando, empiezan a administrar su aire: cuánto queremos gastar, a qué velocidad debe salir… Practicamos juegos y ejercicios para entrenarlo juntos en la clase: nos pasamos una nota, como si fuésemos una sola flauta, poniendo el cronómetro para ver cuánto tiempo soplamos después de inspirar en cuatro tiempos.
  • Lectura: como os contamos en otro post, los niños que aprenden con Método Suzuki también leen el pentagrama y utilizan partituras a partir del momento en que es adecuado. Nuestros alumnos mayores empezaron aprendiendo de oído y de memoria pero ahora aprenden las piezas y ejercicios leyendo las partituras, aunque el resultado final siempre es interpretarlo de memoria… El lenguaje musical empieza a ser una parte más de las clases tanto individual como grupal Suzuki a partir de que el alumno está preparado y se introduce progresivamente y con práctica de lectura de alturas, ritmos, seguimiento de partituras durante la escucha, discriminación auditiva…
  • Expresividad: cuando los alumnos desarrollan su técnica y sonido personal podemos empezar a centrarnos en aspectos como el color del sonido, el tipo de staccato o las dinámicas, según el carácter de la pieza. Los alumnos piensan en lo que sienten o quieren transmitir con la música y según eso buscan su sonido y la manera de comunicarlo. Cierran los ojos y disfrutan, ¡de forma natural surge esta magia!

Da gusto poder ver cómo nuestros alumnos crecen como personas y como músicos y gracias a las herramientas que les damos en clase son también cada vez más autónomos: toman sus propias decisiones musicales y van siempre acompañados por su flauta… Ya la llevan a todas partes: a casa de los abuelos, de vacaciones, a clase en el cole… ¡puede surgir un concierto en cualquier momento!

Aprendemos a sentir el ritmo en Baby Music

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El ritmo está en cada momento de nuestra vida, en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea: podemos percibir los cambios de ritmo de nuestro corazón, identificar el ritmo con el que suena la lavadora o atender a los complicados ritmos de los cantos de los pájaros a nuestro alrededor, por ejemplo.

En la música, por supuesto, el ritmo es un elemento indispensable para que el material sonoro tenga sentido y para que distintos intérpretes puedan tocar en conjunto, desde un dúo hasta una orquesta sinfónica… ¡Sin ritmo no podemos ponernos de acuerdo!

Además, nuestro sentido del ritmo es algo que tenemos dentro de nosotros desde que nacemos, los bebés se duermen con el ritmo constante de los brazos que lo acunan, se relajan con el latido del corazón del otro y ¡se divierten con el galope en las piernas del mayor!…

Por todo esto, el ritmo está siempre muy presente en nuestras clases. Os contamos algunas formas en que lo trabajamos con los más pequeños, en Baby Music:

  • Palabras: en nuestros ritmos más simples y pegadizos convertimos algunas sílabas en golpes de percusión en instrumentos o en el cuerpo… Por ejemplo, cantamos «chiqui chiqui bam bam», preparando las manos y percutiendo en «bam bam». Utilizamos nuestra imaginación para sustituir las palabras por otras cosas que nos gustan, como los sonidos de animales: «chiqui chiqui ¡guauuu guauuuu!»
  • Coreografías: usamos las letras de nuestras canciones para representar escenas e historias y lo hacemos al ritmo de la canción. Por ejemplo, a nuestros peques les encanta la canción del Soldado y la Bailarina, en la que brincamos con el primer personaje pero nos deslizamos con movimientos largos para el segundo.
  • Instrumentos: la percusión con instrumentos es una parte muy importante de nuestras clases de Baby Music, a los peques les encanta. Usamos canciones especiales para hacerla, alternando tocar en grupo y a solo e intentando que cada día experimenten con distintos instrumentos (tambores, maracas, cascabeles, cajas chinas, triángulos…).
  • Audiciones: en cada clase hacemos una audición nueva y un elemento muy importante para sentirla y representarla es su ritmo. Por ejemplo, en la Marcha Húngara número 5 de Brahms, nos lo pasamos pipa bailando al son de los distintos ritmos y tempos que se suceden.

Cuanto más desarrollado tengamos el sentido del ritmo, con más facilidad afrontaremos el aprendizaje de un instrumento musical, como la flauta.  Cuando los niños pasan a esta nueva etapa llevamos nuestra interpretación de ritmos a más complejidad: uniéndolo con alturas para hacer melodías, comenzando los primeros pasos de la lectura musical al representarlos por escrito, interpretando distintos patrones simultáneamente con otros compañeros… ¡El juego no ha hecho más que comenzar!